Fandiño sin suerte y Mora sin mando

 

Toros: Plaza de Madrid. Corrida del Domingo de Ramos. Mucho más de media entrada. Toros de JANDILLA / VEGAHERMOSA, serios pero muy bajos de casta y de juego desigual (1).

Toreros
IVÁN FANDIÑO: de vainilla y oro. Estocada tendida y descabello (silencio). Media estocada y dos descabellos (silencio). Estocada. Un aviso (saludos) (1).
DAVID MORA: de blanco y azabache. Estocada (palmas). Dos pinchazos y dos descabellos (silencio). Estocada. Un aviso (silencio) (0).

Un mano a mano entre Fandiño y Mora con mucha fuerza y que llevó más de trece mil aficionados a la plaza en este domingo de Ramos, soleado y ventoso. Al final dejó más decepción que alegría. En parte la culpa la tuvieron los toros de Jandilla, pero, ¡ojo!, no toda, ni mucho menos. Fandiño y David Mora tuvieron el detalle de venir a Madrid antes de San Isidro con y las cámaras de televisión en la plaza. Un riesgo enorme en una jugada en la que apostaron fuerte. Todo lo contrario que las llamadas figuras, las cuales huyen esta plaza como de la peste. Bien por ambos toreros, pero luego habia que completar la apuesta con un triunfo.
Fandiño salió por todas y recibió al primero con lances de frente popr detrás. Pero este toro no se empleaba en la muleta, con la cara alta y media embestida. En el tercero se tragó los derrotes del toro en otra faena de qjuiero y no puedo. Y por fin en el quinto vimos al Fandiño que liga los derechazos, dejando la muleta en la cara del toro. La faena iba hacia arriba y luego cayo en picado cuando el vizcaino se echó la muleta a la izquierda. El toro no se quiso tragar los pases y respondio con derrotes y mal estilo.

David Mora se llevó los dos toros que más se emplearon y que más transmitieron, el cuarto y el sexto. Pero David se rajó, toreó al hilo del pitón, sin cruzarse nunca en ambas faenas, además estuvo amanerado en el toreo sobre la mano derecha. En en el sexto, que fue el más importante de la tarde, el toro impuso su ley porque Mora cedió el mando, sin irse nunca al pitón contrario y dejando la muleta retrasada para aliviarse en el embroque. La vulgaridad acabó por imponerse y la decepción de sus seguidores se noataba en una plaza donde ayer tenía más partidarios que su "rival" Fandiño.