Gran festival para una de las reapariciones de Litri

La fecha del 15 de abril de 1.962 – hace medio siglo – fue Domingo de Ramos y la plaza de toros de Huelva acogió un magno festival a beneficio de la Campaña de Navidad y que había sido organizado por el diestro local Miguel Báez “Litri” que, días antes, había anunciado su reaparición en los ruedos después de una de sus numerosas despedidas.

Y Miguel compuso un extraordinario cartel, con el rejoneador Fermín Bohórquez y los matadores de toros Antonio Ordóñez, Manolo Vázquez y el portugués José Julio.

Lleno absoluto en los tendidos y una sabrosa recaudación económica, por lo que los objetivos propuestos se cumplieron .

En un coche de caballos aparecieron las presidentas del festejo y que fueron Mary Carmen Rodríguez Álvarez, Inmaculada Domínguez-Roqueta, Maru Pérez López, María Rosa Sousa, Terete Garrido y Marisol Marzal y pidió la llave la amazona Monchy Orta. Y, por supuesto, las primeras autoridades provinciales y locales ocuparon lugares destacados para contemplar el espectáculo que contó además con un ruedo decorado por Juan Castro.
Fermín Bohórquez cortó los máximos trofeos a la res que cupo en suerte después de una brillante actuación ante el de Cuadri, al que fulminó de un acertado rejón de muerte.

Miguel Báez “Litri” cortó una oreja a su primero y las dos, el rabo y una pata en el otro después de dos actuaciones apasionantes para los aficionados choqueros que volvieron a disfrutar con su ídolo que, por su parte, no se privó de ofrecerles a sus paisanos toda clase de suerte entre el entusiasmo de los tendidos que gozaron con el retorno del diestro choquero.
Se lució el choquero al recibir con el capote a su primero, al que le realizó un quite por chicuelinas. Con la muleta, ante un animal que acusó los tres puyazos recibidos, Litri estuvo con muchas ganas, destacando las series de redondos y unas valientes manoletinas sin que faltara el clásico desplante. Al tarde en caer el oponente, se enfriaron los ánimos y el triunfo quedó tan sólo en una oreja.
Pero en el otro, Miguel, consciente de la expectación levantada, se entregó al máximo especialmente en las verónicas de recibo y en los estatuarios de comienzo de su faena de muleta para seguir con espléndidos redondos y hondos naturales entre el delirio de los tendidos que estaban entregados a su ídolo y, de ahí, que le premiara con ambición.
Los máximos trofeos también llegaron a las manos de Antonio Ordóñez después de una completa actuación en la que destacaron las series de redondos que interpretó.Manolo Vázquez, también premiado con los máximos trofeos, se lució en su quehacer muleteril ante un buen novillo de Cuadri y, pese a pinchar antes de dejar una estocada, fue ampliamente galardonado.
El lusitano José Julio cortaría los mismos trofeos que sus compañeros de cartel después de destacar en los tres pares de banderillas que colocó así como en la buena y variada faena de muleta que no demoró en exceso.
El encierro enviado por Celestino Cuadri tuvo,además de presencia, buen juego, permitiendo el lucimiento de los actuantes.
Los novillos fueron muy aplaudidos al ser arrastrados.

Por VICENTE PARRA ROLDÁN