viernes, 20 de abril de 2012

Manzanares, rey de la Maestranza


 

  • Salió por la Puerta del Príncipe y a su recital solo le faltó el toro


FERIA DE SEVILLA
Plaza de la real Maestranza. Octava corrida. Lleno
20/04/12.
Toros: de VICTORIANO DEL RÍO/CORTÉS, muy justos de presentación, blandos, descastados y de juego muy pobre excepto 2º y 5º, pero muy aborregados (0).
Toreros
JUAN JOSÉ PADILLA: de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (saludos). Estocada (saludos) .
JOSÉ MARÍA MANZANARES: de azul noche y oro. Estocada (dos orejas). Estoc ada (dos orejas) .
ALEJANDRO TALAVANTE:de canela y oro. Estocada (una oreja). Pinchazo y estocada (palmas) .
A las nueve y diez de la noche sacaban a José María Manzanares en hombros por la Puerta del Príncipe enmedio de un clamor, como a un nuevo héroe, convertido de hecho en el rey de esta Real Maestranza de Caballería, en ídolo indiscutible de Sevilla y en el torero que desborda con su estética cualquier exigencia de manual taurino. Había cortado las cuatro orejas en dos faenas muy parecidas, ambas casi en exclusiva sobre la mano derecha.
Manzanares ya avisó de lo que sería su tarde mágica en la Maestranza cuando recibió con el capote a su primer toro. A propósito, un novillote impresentable. José Mari lo toreó con suavidad exquisita y el percal se movió como si fuera seda de Oriente.
 A las verónicas ganando terreno las quiso adornar improvisando dos chicuelinas de mano baja en las que me recordó mucho a su padre, que fue un intérprete exquisito de este lance.
El animalito de Victoriano del Río llegó a la muleta con la fuerza justita, derrochando nobleza. Un borreguillo al que Manzanares hizo un toreo muy bello, muy desmayado, de enorme plasticidad de cintura para arriba. Intentó brevemente el toreo al natural para cerrar definitivamente con una estocada recibiendo que le puso en las manos las dos orejas.
 Para abrir la Puerta del Príncipe le quedaba todo a tiro. Y lo supo asegurar en el quinto, algo más seriecito pero igualmente blando y noblote. Manzanares se empleó con enorme inteligencia, sin exigir más allá de lo que el toro permitía por su falta de casta. Otra vez los derechazos enormes, como si toreara a un carretón. El clamor en la plaza se desató y para llegar al paroxismo tan solo faltaba una estocada como la que ejecutó, recibiendo en dos tiempos, un monumento a la suerte suprema.
Otras dos orejas que Manzanares tuvo el bello detalle de compartir con sus peopnes Curro Javier y Juan José Trujillo, que en la brega y en banderillas dieron un recital, recibiendo el honor de que sonara la banda de música. Todo había salido perfecto para José María Manzanares en esta tarde: se llevó los dos únicos toros que se emplearon con movilidad y con recorrido y hasta su cuadrilla lo bordó. Por ejemplo Curro Javier al colocar en suerte y torear a una mano al quinto.
 Segunda salida en hombros por la mítica puerta de la Maestranza y por segundo año consecutivo. Manzanares, aquí es el amo.
La plaza recibió en pie, con una clamorosa ovación después del paseillo, a Juan José Padilla y le jaleó durante sus dos faenas a pesar de que el jerezano se llevó un lote infumable, descastado y sin movilidad. Pero ante todo la gente quería apoyar al torero que volvía a esta plaza después de su terrible percance en Zaragoza. Padilla hizo un toreo leve ante la falta de toro. Ya veremos su auténtica capacidad física cuando llegue otro tipo de corrida, de momento tiene a la gente con él.
Talavante no tuvo ni un gramo de suerte en el sorteo. Tuvo enfrente dos toros de desesperante mansedumbre, que no se empleaban  a pesar de que el torero quiso meterlo en la muleta. El tercero , le permitio mostrar algo de su fondo torero en una faena voluntariosa que fue premiada con una oreja. En el sexto se montó, literalmente, en el toro para salvar, al menos, la cara. Y es que a Talavante no le va este tipo de corridas tan bajas de casta.

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