lunes, 24 de febrero de 2014

La feria de las oportunidades

Con la salida de los carteles de Sevilla a la vuelta de la esquina, Oliva Soto intensifica sus entrenamientos después de demasiados meses en el dique seco. Su maltrecha rodilla ya responde y el diestro camero está dispuesto a volver a la cancha. Es consciente de la complejidad del momento que atraviesa la Fiesta aunque su punto de mira está colocado en esa puerta que se mira en el Guadalquivir que envenena los sueños de todos los toreros.

Sigue manteniendo un grupo fiel de seguidores, gente que espera y confía en Oliva Soto.
Es verdad, cuando creen en ti de verdad no tienen por que irse. Hay gente que me ha demostrado una gran fe y han estado siempre, si he toreado una como si he toreado diez. Pero Sevilla es especial y sé que aquí tengo partidarios que me siguen esperando. Una de las cosas más bonitas que me pasó el año pasado es que Rafael de Paula mostrara interés en conocerme. Al principio creía que todo era una broma. No me creía que el maestro Paula quisiera encontrarse conmigo. Se acordaba de una novillada que yo toreé en San Fernando. Para mí es el mejor que ha toreado y que un torero tan grande admire o respete mi toreo te otorga confianza en ti mismo. Paula decía que mi carrera le dolía, que me habían puesto con toros a contraestilo. Le invité a venir conmigo cuando toreara.
El toreo atraviesa un momento extraño, viciado…

Hay avances, salen carteles, se hacen ferias cerradas… falta ese factor sorpresa de otro tiempo. En otras épocas se apostaba por toreros jóvenes, se les abría hueco entre los grandes. Dicen que Ordóñez pedía que le pusieran a Fuentes cuando venía despuntando. Ahora no es así. Si no estás dentro de una gran empresa es complicado romper esa dinámica. Eso no quiere decir que los que están dentro no se lo merezcan, hay que tener condiciones y ganártelo pero hay algunos que se lo ganan más que otros….
Sevilla es su plaza…
Cuando debuté con Cayetano y Julio Benítez sólo corté una oreja. Parece poco para lo que yo sentí aquel día pero si hubiera matado bien a aquellos novillos podría haber abierto la Puerta del Príncipe. Después corté dos orejas a una novillada de Ortega Cano y de matador, un 15 de agosto, corté otro trofeo en una tarde de gran importancia profesional. Ese día lo tuve claro después de 14 meses sin torear. Después, con la del Conde…. siempre hablamos de ese si lo hubiera matado, si podría haber sido… podría haber alcanzado el milagro; yo creía que abría la Puerta del Príncipe. Son momentos en los que te ayuda el toro y la gente está contigo. No se trata sólo de encontrarte preparado.
(Publicado en El Correo de Andalucía.)

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