lunes, 10 de marzo de 2014

Los adolfos ponen un borrón

Entre pitos arrastraron al sexto toro de Adolfo Martín y esos silbidos califican elocuentemente el juego decepcionante de los adolfos. 
Se esperaba mucho de una tarde a la medida del aficionado más exigente y al final ese aficionado se va de la plaza abatido por la falta de casta, la endeblez y el juego pobrísimo de una ganadería mimada y venerada.
P
Luego se le jugó ante el cuarto que hacía hilo y buscaba las femorales, pero Rafaelillo no rehuyó el encuentro, arriesgando a sabiendas de que allí no había donde rascar ni un muletazo decente.

Fernando Robleño bregó a brazo partido ante un lote infame, derrochando valor, pero este torero necesita el toro muy encastado que transmita esa sensación de peligro inminente y no estos moruchones de ayer de peligro sordo y mala leche. 

Javier Castaño con el toro más decente, el tercero, templó sin convicción y siempre a media altura, estrellándose luego ante el inválido sexto.

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