viernes, 18 de abril de 2014

Domingo de Resurrección en Huelva

Triunfo novilleril de Chamaco en Huelva hace sesenta años

                                                                                  Por Vicente Parra Roldán

El 18 de abril de 1.954, es decir hace sesenta años, fue Domingo de Resurrección.
 Por aquellas fechas, la empresa taurina que regía el coso onubense tenía la buena costumbre de organizar un festejo para celebrar dicha efemérides y, en aquella ocasión, se anunció una novillada picada en la que se correrías reses jerezanas del hierro del Marqués de Domecq por parte del granadino Miguel Montenegro, el astigitano Bartolomé Jiménez Torres y el onubense Antonio Borrero “Chamaco” que actuaba por primera vez en la temporada antes sus paisanos, que cubrieron en tres cuartas partes los tendidos de la plaza en una tarde de buena temperatura.

Dado que el onubense actuaba el día siguiente en Barcelona (donde cortó una oreja), se alteró el orden de lidia y Chamaco lidió las reses que salieron segundo y cuarto lugares. Tras lucirse en un apretado quite por gaoneras, inició su actuación muleteril con nueve pases por alto acogidos con una fortísima ovación que le acompañó en toda la faena realizada metido entre los cuernos del novillo para concluir con tres pases de espaldas antes de adornarse con manoletinas y desplantes. Pese a no estar atinado con la espada, pues necesitó de dos pinchazos y una estocada, los tendidos solicitaron y obtuvieron las dos orejas que el diestro choquero paseó ufano.
 El otro novillo llegó muy quedado y reservón a la muleta. Con él, Chamaco se dobló en los comienzos de la faena y, en una de las ocasiones, el novillero onubense cayó ante el animal entre el susto de los espectadores pero, afortunadamente, no sucedió nada importante, levantándose el torero muy tranquilo para seguir muleteando con la derecha y, tras tres pases de pecho, continuar con la zurda, todo ello en muy poco terreno, muy apretado, exponiendo mucho y ganándose las ovaciones del público. De nuevo concluyó su quehacer con unas manoletinas junto a las tablas antes de dejar dos pinchazos y media. La ovación fue tan fuerte que, pese a las prisas por iniciar el viaje, Chamaco tuvo que pasear el anillo para agradecer las ovaciones que le dedicaron sus paisanos por su actuación.
Bartolomé Jiménez Torres se encontró con dos novillos muy diferentes. Al buen primero de su lote logró cuajarle una buena faena que no tuvo el refrendo a la hora de matar pues, tras una estocada, necesitó de cuatro golpes de descabello, por lo que el triunfo quedó en una vuelta al ruedo. Con el otro, demasiado hizo el astigitano con quitárselo de encima con rapidez y eficacia.
Abrió el cartel Miguel Montenegro y, al final del festejo, salió a hombros de los aficionados como justo premio a su buena actuación en la que dejó excelentes momentos que le podían haber propiciado un triunfo mayor pero falló con los aceros. Cortó una oreja de su primero y perdió los trofeos en el otro.
Los aficionados salieron satisfechos de la plaza por cuanto habían disfrutado con los tres jóvenes novilleros y, de manera especial, con el local Antonio Borrero “Chamaco” que, en muy poco tiempo, había logrado acaparar la atención del mundillo taurino choquero. En esta ocasión, el muchacho del Barrio del Matadero dejó constancia de sus cualidades y, ante dos reses de muy distintas condiciones, supo sacarles el partido que tenían entre la satisfacción de todos cuantos presenciaron esta actuación del Domingo de Resurrección de hace sesenta años.    

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