miércoles, 2 de abril de 2014

El camino erróneo

El pasado jueves día 27, en el Real Círculo de Labradores de Sevilla y organizado por su Departamento Cultural, tuvo lugar una charla-coloquio a cargo de Rafael Moreno, periodista y apoderado de toreros, sobre el comunicado conjunto hecho público por cinco figuras del toreo en el que dejaban clara su disposición de “no torear en la plaza de Sevilla bajo la contratación de la empresa Pagés”.

En principio, y antes de analizar los motivos que ocasionaron el enfado de los toreros, una cuestión quedó clara desde el punto de vista del ponente: el camino escogido para mostrar y combatir su enfado era absolutamente erróneo. “¿Cómo podían imaginar los toreros que  una entidad, especialmente seria como la Real Maestranza de Caballería, aceptaría una imposición de terceros para romper unilateralmente el contrato que les unía a la empresa Pagés? 
Y no solo por la cuantiosa indemnización que posiblemente se verían forzados a pagar, que en este caso pasaría a segundo plano, sino, sobre todo, porque es bien sabido que quien acepta una imposición de este tipo está condenado a vivir constantemente en manos de quien le presionó; e incluso de cualquier otro grupo capaz de utilizar semejante método. 
El camino, pues, era equivocado.”
“Quiero creer –dijo el ponente- que los toreros, si es que la idea fue de ellos, no sabían en el charco que se estaban metiendo. Y si no fue de ellos la idea, como se dice en muchos círculos taurinos, todavía en voz baja porque solo son rumores, ¿quién o quiénes aconsejaron a los toreros? ¿Con qué intenciones? ¿Y los apoderados, de ser cierto el rumor, qué papel juegan en todo este asunto?”.

A la hora de analizar las razones expresadas por los toreros se puso de manifiesto que aunque las palabras y el tono empleado en la rueda de prensa por Eduardo Canorea eran manifiestamente mejorables, el trasfondo de aquellas palabras no justificaban en absoluto una postura tan drástica y perjudicial para la afición de Sevilla.  De una manera especial, y a modo de inciso, se hizo mención al apartado del comunicado en el que se decía textualmente que… “lo hacían (su negativa a torear) para que la plaza recupere su identidad…”. Quedó de manifiesto que según se entiende en esta tierra, la identidad de la plaza de Sevilla, forjada a lo largo de siglos por las muchas generaciones de aficionados que pasaron por sus tendidos y de toreros que se jugaron la vida en su ruedo, ni está en peligro, ni nadie se puede atribuir la función de convertirse en salvador o, en este caso, de salvadores


.Hablando de su experiencia como apoderado, el ponente señaló a continuación que podía afirmar sin temor a equivocarse, que ni con mucho la actual empresa de Sevilla era la que había mantenido una actitud más ofensiva y dictatorial en el ejercicio de la profesión. “En cuanto al trato de los empresarios en general –dijo textualmente-, me gustaría dejar claro que siempre se han movido más o menos de la misma manera: Tienen un trato muy agradable y deferente con los apoderados de los toreros que llenan las plazas, que son los que más cobran; distante con los que no las llenan, que cobran mucho menos; y complicado con los que sin llenarlas quieren cobrar como si lo hicieran, que son con los que surgen los mayores conflictos. Ellos tienen una única vara de medir: el poder de convocatoria de cada torero”.
Tampoco se entendía en absoluto que los cinco toreros hubieran formado un grupo para actuar conjuntamente ante una empresa.“Los toreros –señaló el conferenciante- siempre han tenido problemas con los empresarios, pero siempre los han solucionado a nivel individual. Jamás han comentado con nadie, y mucho menos con los compañeros, cómo le iban las cosas con uno u otros empresarios. Jamás. Era parte de su intimidad y formaba parte de su estrategia. Cada uno tenía su fuerte personalidad, absolutamente individualista y no manejable por nadie. Y mucho menos por algún compañero. ¿Alguien se imagina a Antonio Ordóñez, a Santiago Martín “El Viti”, a Diego Puerta, a Paco Camino y a Curro Romero citándose a una reunión para hablar de contratarse o no con una empresa, porque el empresario fuera de una u otra manera?”
Finalmente, aún reconociendo que los cinco firmantes del comunicado son auténticas figuras del toreo, con categoría para ocupar un puesto en cualquier feria, en el debate quedó claro que no todos los toreros  tienen el mismo predicamento en todas las plazas; por lo que, en esta ocasión, concretamente en Sevilla, algunas ausencias han sido más dolorosas y han hecho más daño que otras.  

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