jueves, 29 de mayo de 2014

Derrotados por una corrida nauseabunda.

Cartelito de figuritas y lleno del clavel para llevarse una bofetada en toda la jeta por una espectáculo de tercera. 
Otra vez una corrida elegida para los de arriba ha terminado por ofender al buen aficionado.
 Pero como demonios ha podido venir a Madrid esta corrida de El Pilar, propia de una plaza de carros por su bastedad, su falta de trapío, su invalidez y en algunos casos, como esa lagartija que salió en tercer lugar, por una vergonzosa presencia.
Bueno, no hace falta ser un lince para adivinar que las maniobras de algunos apoderados, que revuelven en las ganaderías para elegir un género a modo, tiene el resultado de ayer y lo pagan con un petardo morrocotudo. 
No tiene solución
Salieron derrotados por una corrida nauseabunda. 
Por ejemplo José María Manzanares, intentando muletazos a distancia sideral, como si delante estuviera un barrabás y no dos pobres tullidos. Que imagen tan penosa la del torero alicantino que se va de Madrid sin una miserable ovación. 
Y Castella, bregando en un derroche de paciencia en dos faenas tan inútiles como insufribles.
No es de extrañar que la faenita compuesta y liviana de Talavante al sexto animalito, cojitranco pero sin derrumbarse, le pareciera a la gente del clavel un portento. 
Y si le llega a meter la espada en vez de tres pinchazos le corta una orejita. Lo que hay que ver...
Madrid, jueves 29 de mayo de 2014. Toros de El Pilar, desigualmente presentados, algunos ejemplares protestados de salida, y carentes de clase y fondo. El mejor el 6º, bueno aun sin terminar de entregarse
Sebastián Castella: Silencio y silencio tras aviso; José María Manzanares: Silencio en los dos; Alejandro Talavante: Silencio y ovación con saludos tras aviso.
 Entrada:Lleno de "No hay billetes". 



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