Los defensores de los animales pretenden acabar con la Fiesta con el fin de salvar al toro, cuando, muy al contrario, acabarían con la especie, la cual sobrevive gracias a la corrida.
Cada año, miles de millones de animales salvajes desaparecen, así como numerosas especies a causa de la destrucción de sus ecosistemas de manos del hombre.
Cada año, 3 millones de animales domésticos son matados o castrados en Europa para la comodidad de sus dueños; 11 millones son sacrificados para la experimentación farmacéutica; 36 millones para utilizar su piel y mil millones para nuestra alimentación.
Y mientras la sexta extinción en masa de las especies ha comenzado, menos de 1.000 toros se lidian al año en las plazas francesas, y 30.000 en España.
La corrida es el símbolo de la gestión respetuosa de una especie en su medio ambiente.
Una ínfima proporción de los hatos se envía a las plazas. Gracias a esta toma reducida, la inmensa mayoría de las cabezas se utiliza para mejorar la especie, respetando su vida salvaje y apartando toda domesticación.
La muerte del toro en el coso es la condición para que la especie sobreviva: menos rentable en carne o leche que otros bovinos, su bravura es la que permite que se perpetúe.
Si la corrida desapareciese, el toro bravo moriría también, y con él, una herencia genética incalculable.
Tierras Taurinas Opus 35 via http://torear.blogspot.com.es/
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