Se cumplen este mes noventa años de la cogida que el diestro
onubense Manolito “Litri” sufriera en la plaza de Málaga y que, unos días
después, le produjese la muerte, aún no olvidada por la afición onubense.
Apodado: "El expreso de Huelva".
Vistió por primera vez el traje de luces el 15 de agosto de 1920, en Valverde del Camino (Huelva), ese día compartió cartel con él, Rafael Posadas.
Tomó la alternativa el 28 de septiembre de 1925 en Sevilla. Su padrino fue Manuel Jiménez "Chicuelo" y Pablo Lalanda de testigo. Los toros eran de la ganadería de Moreno Santamaría.
La confirmación como torero fue en Madrid el 9 de octubre de 1925, con Marcial Lalanda y N. Villalta. El toro de la ceremonia se llamaba: "Ostioncito" deVillamarta.
Su oponente fue el torero Cayetano Ordóñez Aguilera, conocido como "El Niño de la Palma" y padre de Antonio Ordóñez.
En 1925 toreó en España 43 corridas.
Fue un torero con quietud, sereno y un valor temerario.
Sufre cogida el 11 de febrero de 1926 en Málaga, por el toro Extremeño de la ganadería de Guadalest. Muere el 18 de febrero de 1926 a causa de la gangrena producida por la cornada, tras amputarle la pierna derecha.
El torero nació de una relación extramatrimonial entre el
matador de toros Miguel Báez Quintero y Margarita Gómez, empleada de su
domicilio.
Nació en Huelva el 3 de agosto de 1.905. A pesar de su origen, el
niño fue acogido felizmente en el domicilio matrimonial donde se crió.
La
relación paternofilial hizo que la afición taurina hiciera mella en el niño,
tarea en la que también influyeron los amigos y admiradores del padre.
Aún sin cumplir los catorce años, Manolito exteriorizó sus
deseos de torear y el padre quiso darle una lección, por lo que solicitó al
empresario del coso onubense la adquisición de dos novillos para ser lidiados
por el joven aspirante. Iba a ser un acto a puerta cerrada pero la noticia se
propagó por la ciudad y, en la tarde del 20 de junio de 1.919, los tendidos del
coso choquero se llenaron para ver las cualidades del incipiente torero.
Convencido el padre de los verdaderos sentimientos de
Manolito, le envió a la Escuela de Tauromaquia de Sevilla. Estuvo allí hasta el
15 de agosto de 1.920, fecha en la que vistió su primer traje de luces en
Valverde del Camino, actuando junto a Rafael Posadas con reses de M. Castilla.
Aquella tarde cortó una oreja y, según el periódico “El liberal”, Manolito
estuvo “bien toreando y colosal matando”. Al día siguiente, lidió dos novillos
de Cipriano Ramírez junto a Cayetano Naranjo y Rafael Posada que, aunque no
figuraba en el cartel, también mató otro. De esa actuación se dijo que
“Manolito obtuvo gran triunfo, consiguiendo las orejas y rabo de sus novillos y
saliendo a hombros ante un público entusiasmado que llenaba la plaza.
Los triunfos se fueron repitiendo y, el mismo día que
cumplía 17 años, el 3 de agosto de 1.922, debutó con caballos, actuando con
Joselito “El Algabeño hijo” y Pepe Belmonte, lidiando novillos de Campos
Varela. Sin embargo y pese a los triunfos, las actuaciones no se prodigan por
lo que Manolito se hizo pasar por su padre al remitir una carta al empresario
de Valencia solicitándole una actuación para su hijo. El empresario accedió con
facilidad dada la amistad que tenía con el viejo Miguel quien descubrió la
trama urdida por su hijo pero, comprendiendo la situación, no hizo nada por
impedirlo. Manolito debutó el 20 de mayo de 1.923 en Valencia y, desde entonces,
hay una intensa relación afectiva entre la afición valenciana y la dinastía de
los Litri.
Tomó la alternativa el 28 de septiembre de 1.924 en la plaza
de Sevilla, siendo apadrinado por Manuel Jiménez “Chicuelo” y con el testimonio
de Pascual Lalanda, con reses de Moreno Santamaría. Unos días después, el 9 de
octubre, y en festejo a beneficio de la Cruz Roja, Manolito confirmó su
alternativa de manos de Lalanda, actuando también el rejoneador Antonio Cañero
y Nicanor Villalta con reses de Villamarta.
La temporada de 1.925 fue de un continuo éxito para el
torero onubense, destacando el obtenido el 16 de julio en la corrida organizada
por la Asociación de la Prensa de Madrid. Aquella tarde actuó junto a Luis Freg, Nicanor Villalta y Cayetano Ordóñez “El Niño de la Palma” que confirmaba
su alternativa. En los chiqueros, reses de Vicente Martínez y E. Hernández.
Manolito cortó dos orejas a su primero y dio la vuelta en el otro siendo
proclamado, tras votación popular, triunfador popular y ganador de la oreja de oro,
haciéndose muy popular el fandango cuya letra decía:
Qué importa que sea de Ronda
Y se llame Cayetano
Cuando la oreja de oro,
Guardada como un tesoro,
La
trae Litri en la mano
Manolito, en tan solo una temporada, había conseguido el
fervor y la admiración de todos los aficionados, por lo que se esperaba con
ansiedad la campaña de 1.926 en la que se vislumbraba la gran dimensión taurina
del torero onubense que tenía previsto iniciar su temporada el 28 de febrero,
actuando en su tierra junto a “Zurito”. Pero al no llegar a un acuerdo Antonio
Márquez con la empresa de Málaga para intervenir en un festejo regio, fue
contratado el onubense que hizo el paseíllo junto a Marcial Lalanda y Antonio
de la Haba “Zurito” para lidiar reses de Guadalest en la tarde del 11 de
febrero.
El segundo de la tarde, de nombre “Extremeño”, alcanzó a
Manolito en el segundo pase, volteándole aparatosamente para volverlo a coger y
lanzarlo por el aire. En la enfermería, Manolito fue curado de una herida de 10
cm de extensión por otros 10 de profundidad en el Triángulo de Scarpa derecho,
con gran hemorragia venosa. Tras la cura, fue trasladado a la clínica del Dr.
Lazárraga donde quedó hospitalizado.
Se pensaba que la herida cicatrizaría en poco más de un mes
y medio, pero el diestro fue empeorando y el día 15 de febrero se presentó un
flemón gaseoso que hizo necesaria una nueva intervención quirúrgica. Unos días
después, el 25 de febrero, hubo necesidad de amputar la pierna derecha tras
haber dado su conformidad el padre del torero quien, junto a su mozo de espadas
“El Salao” y sus banderilleros Vito y Galea le ocultaron la amputación.
Tras charlar con ellos, Manolito, al no poder conciliar el
sueño, pidió una novela para leer, quedando adormilado hasta que, de madrugada,
el doctor Lazárraga comprobó que el torero no tenía pulso por lo que procedió a
su reanimación mientras Manolito se despedía de sus íntimos, pidiendo la
presencia de un sacerdote y, tras abrazarse a su padre, entrar en estado
agónico, falleciendo a las 11 de la mañana del día 26 de febrero de 1.926.
Su cadáver fue trasladado a Huelva y toda la ciudad se echó
a la calle para, primero, velarle en el Centro de Instrucción Comercial, donde
se instaló la capilla ardiente y, posteriormente, durante su entierro en el
cementerio de San Sebastián. Toda la ciudad vivió con intensidad esa jornada
luctuosa de las que se cumplen hoy 90 años y siguen estando presentes en la
mente de muchos aficionados onubenses que recuerdan la trayectoria de Manolito
Litri.
Por VICENTE PARRA ROLDÁN.
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