martes, 2 de febrero de 2016

VIDEO RESUMEN JOSÉ TOMÁS 31 DE ENERO DEL 2016 PLAZA MEXICO

                               Gracias a DIVISAFILMS.
Iba vestido de rosa y oro, como Manolete en Linares. Como él mismo en Linares. Mortal y rosa.
Por los alrededores del embudo de Insurgentes no cabía un alfiler, ni un policía más. Después de una ola de frío, la ciudad había amanecido cálida y despejada, como en un sortilegio de triunfo a la medida de los 'peregrinos', llegados en romería tomasista desde todos los rincones del orbe taurino.Al romper el paseíllo, las más de 42.000 almas que llenaron La México de la barrera hasta el reloj se unieron en un "ole" estremecedor. Un escalofrío trepó por los tendidos.Las manchas de cemento desaparecieron y emergió la más bella imagen cenital del coso, abarrotado por primera vez desde los tiempos lejanos del ídolo local Manolo Martínez.
Pero al morir la tarde quedó la sensación agridulce de que para contentar al público a JT sólo le vale la perfección o la sangre. Como si ésta viniera impresa en la entrada. No todo va a ser como aquella mañana de Nimes. Quedó ayer en las retinas una gran faena del dios de piedra de Galapagar al tercero de la tarde. Bordó el toreo en redondo con temple y mando, y alumbró un natural eterno, de llorar. Pero sin milagro -porque sin toros no se puede- y sin tragedia, gran parte del público defeño se abandonó al pesimismo.
Falló el ganado, flojo, sin finales y falto de casta. Sigue siendo la asignatura pendiente de la temporada mexicana. Pero no de JT, que perdió la puerta grande por los aceros. Aunque hoy le vayan a salir detractores oportunistas de debajo de las piedras, lo que pesa es lo visto en el ruedo.
JT abrió plaza con 'Bellotero', de Los Encinos. Lo saludó con verónicas templadas y suaves, una de ellas de mayor vuelo, en la misma boca de riego. Al toro, que llevaba un puñal por pitón derecho, le faltó motor. JT lo mimó y le arrancó tres naturales largos y limpios. Y otros cinco más en la siguiente tanda. Luego, por el derecho, 15 segundos anduvo impertérrito con el pitón del toro en la misma barriga. Se adivinaba el peligro.
'Bellotero' reponía con malicia, y al poco sobrevino la cogida. Pareció que el pitón iba a hacer carne en el glúteo, pero José Tomás se levantó como si nada y enhebró seis derechazos de valor seco. De nuevo con la zocata, tres naturales muy profundos, y tras un farol, el de pecho. Con tan poca materia prima no se podía hacer más. Al salir de un remate, lo volvió a coger. El pitón le lamió el cuello en el suelo. En pie, para decir «aquí estoy yo», dio JT un trincherazo sublime. Y se fue a matar. Tras hundir el estoque hasta donde pone Toledo, se le concedió una oreja que fue protestada por un sector.
El tercero era guapo, veleto y de pelo cárdeno como JT. El diestro de Galapagar inició la faena con dos tandas lentísimas por el pitón derecho, que era el bueno. Y otras dos de cinco y seis pases, toreando hasta donde llega la cintura, alargando la embestida del toro, templando por abajo, despacito. Mandón. Definió el toreo en redondo, pese a que al toro le faltó romper. Cinco naturales elevaron el ritmo. El pecho volcado, la suerte cargada. El cuarto fue interminable, para no olvidar. Magistral.
Un cambio de mano epilogó la gran faena. El borrón con la espada le privó de abrir la puerta grande. Incluso pudo haber desorejado un toro por primera vez en La México. Ahí andaba la duda.
Al anovillado quinto, falto de remate, lo devolvieron con prisa, de forma un tanto extraña. La corrida tuvo dos caras y aquí comenzaba la amarga. El sobrero de Xajay, no mucho más hecho, se tapaba por la cara. Sin embargo, el público, sobre todo en las filas más altas, entró en cólera contra todo. Cinco chicuelinas hicieron acallar un poco la pitada, pero en la muleta no hubo historia y JT, cabreado también, abrevió macheteando, toda una rareza en él.
Con esa inusual desazón José Tomás dio munición a quienes lo esperaban con los espolones fuera. A posteriori sus detractores van a ser muchos. Hablarán de "decepción", obviando que la faena sabia y templada al tercero no se puede borrar, y que en el primero se jugó la vida.
POR JUANMA LAMET


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