El resultado indica que el duelo de novilleros en Madrid lo ganó el extremeño Juan Carlos Carballo que tiró de incuestionable ambición y pretensiones. Pero la solidez, la firmeza, el carácter y la madurez la puso el onubense David de Miranda que dejó constancia de estar preparado para retos mayores. Saludó dos ovaciones tras faenas cargadas de matices.David de Miranda dejó tarjeta de ser un novillero con valor. Tiene inteligencia y suficiencia para pensar y desarrollar con carácter, para no sufrir y para pensar. En su primero que se agarró al piso, se metió entre los pitones con seguridad marmórea. Y con el quinto, compuso muletazos de suave trazo. Dos ovaciones fueron justo balance.
LA RAZÓN.Valor de David de Miranda
CULTORO.
El segundo fue un novillo con cosas buenas pero soso y apagado. Lo que tenía bueno era su calidad cuando se le llevaba muy cosido, así que había que esperar para que el novillo se decidiera y así templarlo hacia atrás. Lo entendió pronto Miranda, cambiándose en los medios por la espalda, pero dándose cuenta que el astado necesitaba caricias le hizo a partir de ese momento todo a favor del animal. Le dio pases de pecho con enjundia ante un novillo que le costaba arrancar. Mató de estocada, escuchó un aviso y escuchó ovación entre la división de opiniones. Quitó por chicuelinas y una revolera rodilla en tierra Carballo. El quinto fue un novillo noble, bondadoso que le faltó fuera y transmitir. Lo entendió bien David de Miranda, demostrando oficio y capacidad, sabiendo qué hacer en cada momento, pero le faltó expresión por lo que no transmitió tanto. Anduvo bien dentro de su oficio, siempre sabiendo qué hacer por el izquierdo. Mató bien, por arriba, escuchando un aviso para ser ovacionado
APLAUSOS.
El que hizo segundo, con el hierro de Mercedes Figueroa, fue un animal aplomado y sin fuelle. Labor valiente y firme de David de Miranda, muy por encima de su oponente. Pisó terrenos del novillo con suficiencia y buen oficio antes de rematar de una estocada y saludar una ovación. Su segundo fue un novillo manejable pero sin clase por su falta de humillación.
El onubense estuvo mucho tiempo delante de él en una faena en la que no renunció nunca a nada y que sobresalió de nuevo por la firmeza y el asiento. Sobre ambos pitones extrajo muletazos buenos. Destacó una tanda a pies juntos. Mató de una estocada y un golpe de descabello y saludó una ovación.
MUNDOTORO.JOSÉ MIGUEL ARRUEGO > Madrid
Frente al segundo, un novillo noble pero muy afligido, se arrimó de verdad David de Miranda. El onubense, que había principiado faena en los medios con pases cambiados por la espalda, se plantó con mucha seguridad delante del animal, al que extrajo muletazos estimables pero carentes de ligazón por la falta de repetición del novillo. Se apretó por bernadinas y lo mató con prontitud antes de saludar una ovación. Volvió a quedarse muy quieto en el quinto, otro novillo muy aplomado, que cuando se decidió a embestir lo hizo siempre sin humillar. De nuevo de uno en uno por la imposibilidad de ligarlos, consiguió sobre todo con la zurda muletazos de trazo largo, lo últimos a pies juntos. Volvió a saludar después de una buena estocada
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