domingo, 26 de junio de 2016

El voto de José Tomás

En Alicante, José Tomás votó por el toreo y los más de diez mil que lo vieron guardarán para siempre en la urna de su corazón el prodigio vivido cite a cite, pase a pase.
 A cada uno de ellos mayor era el compromiso ético y estético de un torero único , al que quien firma le da las gracias por iluminar la sórdida negrura de estos tiempos de mezquinos a la caza y captura de aquel que alce la voz sobre su mediocre existencia revestida de poder.
José Tomás ( ya se advirtió en Jerez) es otro, siendo tan él mismo. El mismo sitio de compromiso máximo y exposición total pero ahora el espectador ya no percibe el peligro inminente, casi destino fatal, de la cornada, todo lo contrario.

 Ahora la conmoción llega por la belleza a partir de la naturalidad, por el delicado mando de una muleta guiada por las yemas de dedos que son prolongación del alma. No hay resquicio para la crispación y sólo queda dejarse llevar, recrearse en la contemplación de series de hasta diez naturales diez, a cual más reunido, más largo, más ceñido, más templado...
José Tomás ha conseguido lo imposible después de aquella matinal de Nimes en la que muchos creímos haberlo visto todo. Y no, aún quedaba lo mejor.
El último día de una campaña electoral que no invita a otra cosa que la abstención, José Tomás llamó a votar por la belleza .
Y el CIS sin enterarse.

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