El toreo profundo de Ureña triunfa en Soria
Paco Ureña brindándole a Juan Mora |
El gran detalle de Paco, el torero de alma inquieta y el toreo puro. El torero al que la desesperación no pudo porque, por no darle coba a la necesidad de llenar el buche vacío, pasó hambre y sed de la justicia que llegó. Ese, el tieso con alma de rico, fue el torero que brindó hoy el quinto a Juan Mora diciéndole:
"Maestro, hay dos toreros en mi vida que lo han significado todo, uno el maestro José Tomás y el otro Juan Mora. La grandeza y la pureza del toreo es usted”.
Y se puso a torear.
Hay que tener la entrepierna valiente y la patata muy gorda para, siendo el torero que todos alaban y la moda que ojalá sea permanente, hincar las rodillas hacia aquel que siempre has admirado. Hay, pues, que ser muy valiente para hacer de la humildad arma letal contra el enemigo y sacarla a relucir cuando el sistema menos lo espera. Y brindarle a un tío que vio cómo la vida entera y verdadera puede resumirse en seis minutos y diecisiete muletazos.
Diecisiete glorias de un rosario que, seis años más tarde, se perdió en el maldito olvido de quienes le deben una en la otra vida a un maestro ausente pero presente en la personalidad de toda una generación. Hay que ser Paco Ureña para brindarle a Juan Mora después de romperse a torear por la mano de la verdad a un toro de Adolfo Martín.
Hay que soñar con materia terrenal cada noche para, sabiéndose aún el tieso que recorría Andalucía en búsqueda de la pureza errante, acordarse del personaje que siempre ha admirado cuando empieza a ver un duro en su vida.
Hay que tener en las entrañas la llave de la verdad para sacarla con la pureza con la que desencadenó su interior Ureña en el segundo. Y esa llave y esas cadenas se rompieron cuando su alma dictó al natural un recital de toreo caro. Y sintió Paco el tacto como escarpia. Y la vista limpia, sin lagrimones porque ya no hacen falta.
Y el alma soñando y el corazón latiendo.Hay que tener todo eso para torear como Paco Ureña al toro íntegro.
JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
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