jueves, 14 de julio de 2016

Orejas de Talanquera

Este follón de ruido y meriendas todo vale: docenas de trallazos. Docenas de enganchones. Colección de bajonazos y puñaladas traperas. Y tres, sí solo tres, muletazos decentes entre todo este insoportable barullo de insultos al más elemental buen juicio del toreo. Ah, que no lo olvido, los tres muletazos los cuajó Perera en su primer toro al final de la faena. Tres derechazos hondos, hermosos. Algo pues que rescatar de su desastrosa tarde.
Lo cierto es que la corrida de Cuvillo, correosa y que se movió de lo lindo, puso en evidencia a los tres de ayer. Ojo, que sin embargo hubo puerta grande. Aunque no lo crean. Puerta para Roca Rey que entre pases cambiados, con los que asusta al personal, y un bajonazo de libro cortó dos orejas. ¡Dos orejas!. Ni en una plaza de talanqueras. El descarado toro de Cuvillo merecía más que los muletazos ramplones. En el sexto el chico peruano dio un mitin entre enganchones. En este toro, que lo trajo de cabeza, habríamos querido ver la arrucina de marras.
Para seguir con el carnaval orejero hubo premio para Castella en el cuarto en el que tiró líneas, sin cruzarse nunca y mató mal. Pues oreja al canto. Y Perera, que sufrió una voltereta en su primero, aparte de los tres derechazos reseñados, anduvo a la deriva, descruzado y ventajista. Ni más, ni menos.

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