lunes, 15 de agosto de 2016

Seda de José Tomás y látigo de El Juli... sin toro

Semana Grande de San Sebastián
La corrida no estaba a tono con la importancia de una tarde de acontecimiento

Una expectación que no se vivía en San Sebastián desde los tiempos dorados de la vieja plaza, y ya son años, reventó esta ciudad con una marea de gente de todas partes. Esta expectación, tan importante en este momento y en esta tierra vasca, no se recompensó con un espectáculo a la medida del acontecimiento.
La presencia de José Tomás era sin duda el resorte de esta inmensa ilusión. Sí, ilusión por verle en Donosti después de casi 16 años. En el paseíllo le acompañaba El Juli. Un mano a mano, porque allí sobraba el caballo de Pablo Hermoso. José Tomás y El Juli. mucha tela. Pero a la postre mucha tela, pero sin toro delante.
La novillada que envió Garcigrande no era de recibo. Este acontecimiento merecía y exigía un toro digno, no digo el de Madrid o Bilbao, no, digo un toro.


Con este género lo que un público incondicional y triunfalista pudo vivir ha sido, en gran parte un espejismo.
 Excepto, y lo digo claro y diáfano: toreó José Tomás. Suyos fueron los momentos importantes de la tarde, especialmente la faena a ese animalito repetidor e incómodo que salió en quinto lugar y al que le cuajó dos tandas de naturales portentosos, venciendo con temple infinito la arisca embestida del novillo. Esos momentos y unos lances por delantales a ese mismo ejemplar, de pura seda, han resumido lo más importante de una tarde en la que Tomás estuvo pesadísimo con la espada.
Sin embargo El Juli se fue a los bajos y fulminó al tercero para cortar las dos orejas y salir en hombros. Y es que, como siempre, este torero tiene esos finales de faena muy espectaculares en los que las luquesinas, los cambios de mano, los redondos y la quietud dejan atrás los derechazos y naturales de látigo. Con unos resortes profesionales indiscutibles El Juli sabe rematar como nadie. de hecho ayer entre lopecinas y sus vueltas y revueltas en la cara del toro logró la puerta grande, dejando a José Tomás con una solitaria oreja.
Sobraba, en efecto Pablo Hermoso en una desangelada actuación. Perfecto el presidente negando una oreja en el cuarto. No había motivo para ella.
Plaza de Illumbe. Segunda corrida. Lleno. Toros de BOHÓRQUEZ (rejones)  y de GARCIGRANDE , de pobre presencia y con movilidad. PABLO HERMOSO. Dos pinchazos y pinchazo hondo (silencio). Rejón trasero (saludos). JOSÉ TOMÁS , de azul y oro. Dos pinchazos, estocada y tres descabellos (saludos). Pinchazo y estocada (una oreja). EL JULI , de caldero y oro. Estocada caída (dos orejas). Estocada caída (palmas).

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