jueves, 20 de octubre de 2016

Día grande para La Fiesta.

 El Constitucional ha anulado la prohibición de los toros en Cataluña.
 No cabe darle vueltas al fallo ni buscarle rendijas por donde intentar colar la ilegalidad de los que se arrojaron competencias prohibitivas de las que carecían. ¡Se pueden dar toros en La Monumental de Barcelona y en todas las demás plazas del territorio catalán!
 Eso ha quedado claro, otra cosa es que la propiedad de la plaza de la barcelonesa calle de Marina tenga bemoles para ponerse manos a la obra.
 El dinero es muy cobarde y los Balañá tienen mucho, y ya se sabe que en este asunto encendieron una vela a Dios y otra al Diablo.
 Así de claro.
Pero existen muchas posibilidades de ayudar a que se cumpla la Ley sin mojarse, entre otras sacar a concurso la explotación del inmueble para que un empresario con cuajo normalice la situación del toreo en la capital de Cataluña. Se me ocurren a bote pronto tres o cuatro nombres de empresarios de valor reconocido que podrían poner en marcha ese templo del toreo que creó otro Balañá.
 Me refiero, naturalmente, a don Pedro Balañá Espinós, que si hay un “más allá” también estará contento y satisfecho de que se haya corregido el gatuperio que unos políticos de pan y melón cometieron con “su plaza”.

Una plaza que fue la primera del mundo en número de festejos celebrados anualmente y que significó la plataforma de lanzamiento de toreros como Joselito, Belmonte, Domingo Ortega, Manolete, Manolo González, Luis Miguel, Aparicio, Litri, Antoñete, Chamaco, Bernadó, José Fuentes, Paquirri, Finito de Córdoba, José Tomás, El Juli y otros muchos que han sido figuras del toreo arrancando de sus éxitos en La Monumental.
 Día grande, pues, para empresarios, ganaderos, toreros y aficionados y -¿por qué no decirlo?- para que España siga viviendo bajo el imperio de la Ley y la Justicia
.Por Paco Mora

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