La Federación de Entidades Taurinas de Cataluña (FETC) agradece a todos los aficionados, profesionales y medios de comunicación que éste domingo día 20, en Barcelona, secundaron masivamente la convocatoria al acto de celebración del fallo de Tribunal Constitucional que permite el regreso de las corridas de toros a Cataluña.
Acto de celebración y también de afirmación para dejar bien claro que la lucha no sólo no ha terminado sino que se avecina llena de dificultades. Por eso, al tiempo que reclamamos unidad, no dejan de sorprender (desde la libertad de cada cual para expresarse según su criterio) reticencias y desprecios hacia lo que, repetimos, era a la vez alegría (que ya tocaba) y coraje.
En todas las intervenciones, en las que el nombre de Luis María Gibert fue recordado como su decisiva aportación merece, quedó patente que el anhelo de libertad, amparado por la Ley, debe ir de la mano de actuaciones del sector taurino que den cumplida respuesta a los desafíos que, sin dudad, se presentarán hasta que volvamos a ver abierta la Monumental al toreo.
Ya no vale esperar a ver si escampa, tampoco excusas para no actuar y, mucho menos aún, el silencio. Un silencio roto ayer por la afición catalana con el apoyo solidario de la Fundación del Toro de Lidia y ganaderos; toreros (en activo o no; empresarios ( sólo dos, franceses); apoderados, como Salvador Boix; medios de comunicación(que han informado sin desinformar, gracias) e intelectuales, como el psiquiatra Leopoldo Ortega Monasterio o el filósofo Vïctor Gómez Pin.
Un silencio en el que ¡ay! faltó la voz del que tiene la primera (y última) palabra.El reto es mayúsculo, requiere generosidad, imaginación, apuesta. El primer objetivo es que Barcelona vuelva a ver toros en libertad, pero lo que está en juego es la pervivencia del rito ancestral del toreo amenazado como nunca, incluso en aquellos lugares que se creen a salvo.
La afición catalana tiene motivos y derecho para celebrar, se lo ha ganado a pulso y así quiso hacerlo. Pero esa celebración no tendría sentido ni sería completa hasta que podamos regresar a la Monumental.
A los tiquismiquis; los prudentes; los de mejor calladitos; los que tienen el diagnóstico de todos los males de la Fiesta pero se guardan la fórmula mágica para solucionarlos. A los pesimistas por convicción o por conveniencia; a los que, siempre, han mirado a la Cataluña taurina con desprecio y a los que nunca han querido mirarla.
A todos ellos y a otros, la FETC les dice, en alto y con respeto, que les esperamos. Juntos, podremos ganar.
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