PACO GUERRERO .http://www.huelvainformacion.es/
Victorino y Escribano son, en la temporada recién terminada, la pareja del año. A diferencia de otras, casadas en un juzgado o en la vicaría, a torero y ganadero los unió para la historia un toro llamado Cobradiezmos. Un toro con la A coronada marcada en el anca y que ahora campea a sus anchas por los campos donde se hizo cuatreño después de que La Maestranza entera le perdonara la vida.
Con mucho trabajo y determinación por parte de El Castoreño, la peña más joven de la provincia, se trazó un rumbo que terminó certero porque en una de las escasas comparecencias que ambos protagonistas han tenido frente al público se enmarca la del pasado viernes en el teatro municipal de San Juan del Puerto. Lleno de 'no hay billetes', profesionales taurinos de la tierra, aficionados de toda la provincia y toda la expectación del mundo por sentir en la cercanía las opiniones del torero de Gerena y del famoso ganadero de los toros cárdenos.
Junto a ellos, oficiando tertulia y debate, el responsable de la información taurina en el blog Las cosas del toro, José Luis Arizmendi.
Buen trabajo el suyo ante un tema de gran interés y dos personajes con tanto interior como para llevar fácilmente a vencerse el debate por cualquier lado, menos por el debido. No fue así.
Ahí quedan casi dos horas de charla, un precioso vídeo recordando la faena, el respeto por parte del público y dos invitados que no decepcionaron un ápice porque la noche se fue incluso por derroteros intimistas hacia las sensaciones que uno y otro sintieron ante aquella circunstancia histórica. El torero, por el peso que representa ya esa tarde en toda su carrera. El ganadero, porque como él mismo reconoció, Cobradiezmos significó ese toro que andaba buscando toda una vida desde que asumió su papel al frente de su hierro.
Tiempo también para desgranar esa cura del toro en el campo a las cinco de la mañana, las sensaciones de Victorino padre y toda la alegría que conllevó el indulto.
En el torero, la confesión de que era la primera vez que se iba a portagayola frente a un victorino, la intensidad de una faena y el runrún de indulto que un momento atisba en el público. En el recuerdo deben de quedar también las palabras del propio presidente de la peña El Castoreño cuando en ese saludo de acogida se mostró orgulloso de ser taurino y estar en un pueblo que también lo es. Declaración de intenciones que subrayan esa noche tan cercana en todo a esa relación que San Juan, como pueblo de capeas, marca en su trato con el toro. Precisamente, a los jóvenes novilleros actuantes en las capeas del pasado año se les hizo entrega de un recuerdo, nombrando triunfadora absoluta a la novillera Rocío Romero.
Las palabras de agradecimiento y enhorabuena de la alcaldesa sanjuanera fueron bonito broche a tanto momento importante.
La primera edil había dedicado un recibimiento oficial a los dos conferenciantes en el ayuntamiento sanjuanero para firmar en el libro de honor del mismo. Al finalizar el acto reconoció el esfuerzo y trabajo de la peña El Castoreño y dedicó unas cariñosas palabras a ganadero y torero protagonistas en la noche del viernes.
A una pregunta del público sobre que opinaba de quienes decían que desde que se había hecho cargo de la ganadería esta se había endulzado el ganadero respondió con un "no hago caso de las críticas ni de las alabanzas. Tengo mi criterio y se que en dirección voy, pero si alguien necesita una respuesta, la mía es Cobradiezmos.
"Disfruté mucho porque el toro tuvo nobleza y mucha entrega, pero al mismo tiempo sentía la presión de tener que estar bien porque si no ese toro que me encumbró me podía haber mandado para mi casa y acabar con mi carrera si no estoy bien con el. A pesar del tiempo y de todas las veces que la he he visto, aún me emociono con la faena".
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