"La Tauromaquia es la más viva expresión del vitalismo español"
La profesora de la Sorbona de París, Araceli Gillaume-Alonso fue la encargada de pronunciar el Pregón Taurino de este año en el marco solemne del Teatro Lope de Vega.El pregón de la profesora francesa nacida en el País Vasco -soy una española de Bilbao- tuvo dos partes bien diferenciadas. En la primera hizo un ilustrado recorrido por la relación de la ciudad de Sevilla con la Fiesta de los toros desde que Carlos V llegó a la ciudad en los primeros años del siglo XVI, para continuar con otras referencias que desembocarían en la fundación de la Real Maestranza de Caballería y, más adelante, en la construcción de la plaza de toros.
En la presidencia del acto, además de distintas autoridades civiles y militares, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y el Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza, Javier Benjumea.
Ofreció el acto el concejal de Movilidad y Fiestas Mayores de del Ayuntamiento, Juan Carlos Cabrera, que volvió a situar a Sevilla como el centro del mundo del toreo, al tiempo instó a todos a defender nuestras costumbres y tradiciones, en una clara alusión a los sucesos ocurridos en la Madrugada del Viernes Santo.
Presentó a la pregonera Fátima Halcón, profesora titular del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y presidenta de la Fundación de Estudios Taurinos. Se vanaglorió de su afición militante a los toros y recordó la vinculación de Guillaume-Alonso con el toreo.
En su pregón destacó la llamada para que los jóvenes se acerquen sin miedo ni complejos al toreo. "Todos mis nietos van a los toros, salvo el pequeño de tres años". Abundó en este aspecto, "porque en nuestra juventud está el futuro de la Tauromaquia". Y añadió: "El toreo se debe transmitir. Transmitir es enseñar y enseñar a amar".Se refirió en la segunda parte a su afición, "que comenzó al presenciar por televisión corridas de toros desde Sevilla allá por los años sesenta del pasado siglo". Desde 1970 acude a ver corridas de toros en Sevilla, una ciudad "en la nadie se siente forastero", que en primavera es "un momento único porque Sevilla tiene la mejor primavera del universo", aunque se confesó enamorada de su Semana Santa y que piensa que después de Sevilla el paraíso debe parecerse a Sanlúcar de Barrameda.Habló de cómo entiende el toreo. "El primer torero que me emocionó en aquellos años fue Mondeño, un ejemplo de verticalidad con mando y dominio. De ahí nace mi concepción del torero y así son los toreros que más me gustan, aunque entiendo que de todos los matadores hay cosas que me entusiasman".
Acabó cantando las maravillas de Sevilla y su plaza en tardes de Feria y pidió a todos que acudan a la plaza para gozar y buscar la emoción que solo se puede producir en una Fiesta vitalista, "porque como decía Ortega y Gasset "la Tauromaquia es la más viva expresión del vitalismo español". El español aporta con los toros el hacer y ese hacer tiene mucho que ver con una relación estrecha que el español cultiva con su cuerpo (que baila, que toca palmas, que canta, que torea. "
Al final leyó versos referidos a Sevilla de José Manuel Soto, "Y cuando vuelva a Sevilla / en primavera, / volveré a mis veinte años recorriendo / sus callejas, / y volveré al olor de sus naranjos / y a vivir un jueves Santo / y una mañana de Feria..."
Solo quedó el aplauso unánime del teatro, el himno de Andalucía y el himno de España para finiquitar un pregón muy ilustrado y lleno de amor a Sevilla.
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