lunes, 12 de junio de 2017

Las números del primer abono de Simón Casas

Si nos ceñimos a unos datos objetivables, más allá de resultados artísticos, las cifras que marcan el primer abono de Simón Casas pueden compararse de forma favorable con datos de temporadas anteriores, tanto en el número de espectadores, que en 2017 ha sido de 628.091, y como en el promedio del peso de las corridas, que ha sido de 549,2 kilos. Luego cada tarde tuvo su propia historia.
 Pero si nos atenemos a estos primeros datos, y pese a la perspectiva positiva de las dos extraordinarias pendientes y los antecedentes de los primeros espectáculos que de la temporada, los números se alejan de lo previsto por el empresario; todo lleva a pensar que podrá alcanzar su meta de conseguir 100.000 espectadores nuevos, pero lo será en el conjunto del año.

En número absolutos, el abono de San  Isidro, más la corrida extraordinaria de la Prensa, ha superado ligeramente el listón del total de espectadores en Las Ventas, con respecto a la temporada de 2016. Si nos atenemos a las cifras oficiales --que en esta temporada se han hecho públicas día a día-- , en el coso de la calle de Alcalá se han dado cita a lo largo de 32 tarde un total de 628.091espectadores, lo que representa un incremento de 8.093 con respecto a 2016, cuando fue según nuestra estimación de 619.998.
Al hacerse cargo de la gestión venteña, Simón Casas --que debe reconocerse, sabe dar titulares llamativos como poco-- le dijo a Juanma Lamet que para San Isidro esperaba 22 llenos  y 100.000 espectadores más; y más adelante añadía que su objetivo era un incremento del 20% con respecto a las cifras de su antecesor, Taurodelta, en el 2016. En su sentido estricto, la previsión no se ha cumplido.



Dando por bueno que un lleno o casi lleno sea a partir del 90% del aforo ocupado,  hubo 13, siete menos de los anunciado. Incluso podrán ser 15, en la hipótesis más probable que  se llenen en Beneficencia y la Cultura. En este caso el techo de máximo estará en 652.840 espectadores, lo que supondría un incremento de 32.851 espectadores más, un 5,3% por ciento con respecto al año anterior. Para alcanzar el deseado 20% de más hubiera necesitado que por taquilla hubieran pasado 123.966 espectadores más de los que ya lo han hecho.
Aunque sea necesario introducir el factor corrector que corresponde a ser dos programaciones diferenciadas: 30 espectáculos en 2016 y 34 en 2017, en cualquier caso no habrá podido cumplir su objetivo de incremento neto de espectadores; le habrán faltado más de 90.000 para sobrepasar en un 20%  los número del abono+extraordinarias en 2016.
En cualquier caso, las actuales cifras --que pese  a todo son muy positivas-- requieren de muchos matices. De un lado, en 2016 se contabilizaron dos extraordinarias: la Prensa y la Beneficencia; ahora, en cambio, la Beneficencia queda al margen, porque se celebrará desgajada del ciclo continuado. Por otro lado, en lo que es propiamente el abono en 2017 se ha compuesto de 31 festejos, en cambio el de 2016 tuvo 28. Responden, pues, a estructuras organizativas diferentes, que inciden a la hora de calcular el total de espectadores.
Pero, sobre todo, en la primera temporada de Simón Casas como gestor,  el abono se ha diversificado mucho en sus fórmulas. Y así, junto a los ya tradicionales de abonos completos, de mayores de 65 años y de jóvenes,  la nueva Empresa ha ofrecido hasta un total de 10 pack diferentes de entradas, que podían adquirirse de forma individual, con una media de 4 entradas por paquete. Quiero ello decir que el calculo real de asistencia y el origen de las ventas, sobre todo de espectadores nuevos, requiere de unos cálculos complejos, que no pueden hacerse simplemente partiendo del total de asistentes por día.
Así como resulta hoy casi inviable el objetivo de incrementar los números de Taurodelta en un 20%, que eso es mucho subir, sin embargo es posible --incluso es probable-- que Simón Casas consiga su objetivo de incrementar en 100.000 el número de espectadores nuevos. Pero se sobreentiende que eso ocurrirá en el conjunto de la temporada, aunque un porcentaje altísimo se corresponda de forma habitual con el serial de San Isidro y con el futuro de la feria de Otoño, en la que el empresario promete ofrecer 10 festejos..
En cualquier caso, superar con cierta holgura la media de más del 80% del aforo ocupado cada día –en esta largo mes de toros se hizo en 15 ocasiones--, no constituye precisamente una mala cifra. Se puede comparar de forma favorable con otros espectáculos de masas. Que en la mitad de los espectáculos se haya superado el índice medio de ocupación constituye un factor a tener en cuenta.
Como cabe deducir de los anteriores gráficos, llama la atención la buena aceptación que tuvieron las tres novilladas, que se acercaron bastante al promedio del conjunto del abono, pero también puede ser significativo la desigual entrada que registraron los cuatro festejos de rejones.
Se comprueba, por lo demás, cuáles son los gustos mayoritarios de los espectadores. Si se comparan las entradas que hubo en los carteles con presencia de las figuras y los de la que estaba llamada a ser la Semana del Toro, las diferencias resultan notables a favor de las primeras. Tan es así, que sólo en aquellos carteles toristas que incluyeron figuras –como fue la de Victorino-- se alcanzó el “No hay billetes”.
El factor “toro de Madrid”
El otro elemento objetivo para el análisis conviene fijarlo en si se ha cumplido o no el traído y llevado asunto del “toro de Madrid”. Desde el Tendido 7  le han recordado al empresario en alguna ocasión una frase a estas alturas un poco manida por repetida: “El toro de Valencia no es el toro de Madrid ”.
Si es por presentación, aquel miedo de los comienzos no se ha cumplido. Las corridas, salvo muy pocas excepciones, han respondido al toro que quiere Madrid. De hecho, se cuentan con los dedos de una mano los toros que han sido protestados por presencia.
Y si este criterio lo medimos por la báscula, resulta curiosamente que el promedio de todas las corridas de toros han sido ligeramente superior tanto al de 2016 como al de 2015. Por muy poco, menos de 10 kilos, pero superior.
Pero cuando andamos en la tesitura de redefinir los valores del trapío, ante los excesos de una presentación que conducía a bastante poco, se comprueba una evidencia: lo que marca la tablilla no necesariamente tiene que ver con el trapío. Han salido toros con pesos que en otros momentos habría sido protestados y en 2017 se han admitido sin problemas.
De hecho, si se compara el promedio de peso entre las corridas anunciadas con figuras y las propiamente toristas, llama la atención que por lo general han tenido mayor peso las primeras que las segundas.

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