domingo, 5 de noviembre de 2017

Pongamos que hablo de la libertad

Hablan de libertad, de democracia, de derechos…

y se ciscan en ellos a la que pueden. Ni comparo ni frivolizo, pero en la misma Cataluña que ahora se exclama por el encarcelamiento de parte de su Gobierno (el resto – de momento- en fuga ) por vulneración sistemática de la Ley (presos políticos, dicen) hace siete años, muchas de esas voces o fueron cómplices o callaron (otra forma, más cobarde, de complicidad) ante el atropello a una libertad fundamental, la de expresión y a otras colaterales, entre ellas la que se deriva del derecho al trabajo. 
Una negación de libertades, una prohibición, que ya tuvo antecedentes (la de los menores de 14 años, por ejemplo) y que tanto antes como después (la retirada de la fotografía de Juan José Padilla o la del cartel de Morante, entre otras de todo tipo) aplaudida – decíamos- por esos mismos paladines de los derechos humanos (y animales).
Imagen relacionadaHe vivido y sufrido ese tiempo de la Historia de España en el que la lucha por la libertad se pagaba con la cárcel, acaso la tortura. Nací y vivo en Cataluña, hijo y nieto de sendas generaciones en las que la Guerra Incivil dejó su huella de muerte y destrucción. La política forma parte de mi vida (como de la de todos, claro) desde tiempos de clandestinidad, luchas y miedos. Por la libertad, la amnistía y el Estatut de Autonomía estuve en aquella manifestación del millón en 1977 y en el regreso de Tarradellas que abría la puerta a la Generalitat recuperada…No admito lecciones, de nadie, ni de catalanidad ni de compromiso por la libertad y la democracia.
Y, desde la niñez, voy a los toros. Primero de la mano de mis padres, como tantos.
Ahora, también como a tantos, en mi tierra no me dejan. Lo prohibieron.
Y lo prohibieron, por ejemplo, Rull, Turull, Simó, Borrás, Comín...Puigdemont. Santi Vila votó no.
Prohibiendo las corridas de toros arrebataban el derecho a reconocerse en las emociones que provoca el toreo; negaban la Historia; agredían a la cultura; señalaban; discriminaban; insultaban…y, además, cercenaban el derecho al trabajo de los profesionales del sector, afectados directa o indirectamente.
Resultado de imagen de barcelona taurinaLos medios de comunicación catalanes les sirvieron como altavoz de su argumentario (sic), la sociedad no se dio por aludida, entre la indiferencia y el asentimiento…y transcurrido el año de gracia, la Monumental se cerró al toreo. De momento, Balañá dixit.
Resultado de imagen de barcelona taurinaCuando, cinco años después, tuvieron la ocasión de reparar la afrenta aceptando el fallo del Tribunal Constitucional se llamaron andana (algo habitual, por cierto), burlándose de la Ley con la chulería mafiosa que les caracteriza y en la que Josep Rull es paradigma: “No volverá a haber corridas de toros en Cataluña, diga lo que diga el Tribunal Constitucional”, sentenció con esa media sonrisa que ahora se le habrá helado caminito de Estremeras.
Libertad, democracia, derechos humanos…tan bellas y luminosas palabras, tan ineludibles conquistas para vivir, que en boca de según quién se ensucian y pervierten.
PACO MARCH http://www.cultoro.com/

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