En su reunión de ayer - miércoles, 20 de diciembre,- la Fundación del Toro de Lidia adoptó el acuerdo de nombrar nuevo Presidente de su Patronato al ganadero Victorino Martín García, sucediendo en el cargo al también ganadero Carlos Núñez, que comandó la institución en estos dos últimos años, después de haber sido el autentico promotor de la FTL. En esta reunión, se acordó también el nombramiento como nuevos patronos de Luis Manuel Lozano, Fernando Bautista y Fernando Gomá.
Después de siete meses con deliberaciones y reuniones, al final este 20 de diciembre la Fundación del Toro de Lidia (FTL) ha alcanzado un consenso amplio para que el ganadero Victorino Martín García --que ya era miembro del Patronato-- asuma la Presidencia, hasta ahora desempeñada por el hoy presidente de la UCTL, Carlos Núñez.
En la misma reunión del Patronato se ha acordado el nombramiento como patronos del apoderado de “El Juli”, Luis Manuel Lozano, y los juristas Fernando Bautista y Fernando Gomá, ambos integrantes de la actual Comisión Jurídica de la FTL.
El Patronato ha anunciado además que “en las próximas semanas” se anunciarán nuevas incorporaciones de profesionales del sector taurino, o de fuera de él, que desean implicarse en los objetivos de la Fundación.
La renovación de la presidencia de la FTL se ha producido dos años después de su creación. En esta primera etapa estuvo presidida por su principal impulsor, el ganadero Carlos Núñez, quien desde la presidencia e la UCTL puso en marcha el proyecto y lo llevó hasta su consolidación jurídica e institucional.
Según un comunicado de la FTL, tras su elección Victorino Martín ha declarado su ha manifestado que “la Fundación comienza una nueva etapa que va a estar marcada por la promoción, necesitamos salir a la sociedad. Hace dos años no había nada y sólo gracias al convencimiento y tesón de Carlos Núñez y del resto de impulsores iniciales estamos aquí hoy, con una Fundación que ya es un ente reconocido y sólido. En este sentido, me sumo al agradecimiento unánime del Patronato a la labor realizada por Carlos estos años como presidente”.
En relación con el futuro de la FTL, el nuevo presidente manifestó que “la labor de reconexión con la sociedad va a implicar mucho esfuerzo, inteligencia, y el apoyo de todos. Vamos a seguir construyendo y creciendo, necesitamos el compromiso y colaboración de toda la familia taurina, tenemos que ser el gran movimiento de la tauromaquia”.
En tanto se producen los nuevos nombramientos, el Patronato pasa a estar integrado, junto a Victorino Martín como Presidente, por Manuel Martínez Erice, Juan P. Domceq, Juan A. Ruiz “Espartaco”, Julián López “El Juli” y Cayetano Rivera Ordoñez, a los que ahora se han unido Luis Manuel Lozano y los juristas Fernando Bautista y Fernando Gomá. Pero en el comunicado oficial no se informa si Carlos Núñez continuará, como sería de toda lógica, formando parte del Patronato, dado que se trata de una institucion de la que fue su principal promotor.
En medios del sector se abriga la esperanza de que Victorino Martín pueda revitalizar la FTL, que ha ido languideciendo en los últimos meses. De hecho, como en su momento reconoció en declaraciones periodísticas el actual Director de la FTL “la implicación del sector está siendo más lenta. Si no se ha implicado en su totalidad es por desconocimiento o por dejadez”, para añadir a continuación que “hasta ahora es verdad que la Fundación ha sido un ente distante. No lo sentían muy suyo”.
El proceso sucesorio en la presidencia se inició el pasado 16 de junio, cuando el entonces Presidente de la FTL anunció la decisión de un relevo en el primer puesto del Patronato. A lo largo de todos estos meses no han sido pocas las reuniones, oficiales y extraoficiales, para alcanzar un acuerdo sobre la persona más adecuada para dirigir ahora la Fundación.
Unos objetivos ambiciosos
Como ya a se informó en esta mismas páginas, la FTL tiene pendiente de acometer ahora la ambiciosa tarea que se anunció en su creación, que en primer término para arraigarla en el propio sector taurino, pero además para acometer sus fines de promoción de la Tauromaquia. Pero, sobre todo, la FTL deberá acometer el gran reto de liderar, como institución unitaria, a la Tauromaquia. La realidad es que en esta materia queda mucho camino por andar, para que todos se sientan implicados con un criterio de unidad sectorial.
La FTL como organización deberá trabajar por ser representativa de la globalidad del toreo, lo que también exige una dedicación importante a esa misión de hacer presente a la Tauromaquia en todos los ámbitos, los de gran trascendencia, pero también en esos más pequeños, que también necesitan de alguien que se preocupe de ellos. A este respecto sería un hito relevante incorporar institucionalmente a la FTL a la Comisión Nacional de Asuntos Taurinos, últimamente algo decaída.
Como se sabe, la Fundación tiene pendiente de cometer el desarrollo de un Plan de trabajo que, según anunciaron oficialmente, se había encargado a una empresa especializada, pero cuyo contenido no se ha dado a conocer. Este proyecto estará financiado con parte de las fondos que se consiguieron con la corrida extraordinaria celebrada en Valladolid n 2016, en homenaje al desaparecido Víctor Barrio.
Pero tampoco se ha completado el organigrama de la propia FTL, en el que están diseñados una serie de comisiones asesoras y de colaboración, de las que tan sólo 3 están operativas, sin que consten actividades de ningún orden. En cambio, si se mostró muy activa la Comisión Juridicaa, que desempeña el Bufete Cremades&Calvo Sotelo, con mas de medio sentar de pleitos planteados, casi siempre en defensa de agresiones antitaurinas.
Sin duda todo estas carencias se explican por esa especie de etapa de interinidad que abrió el Presidente de la FTL en el pasado mes de junio al anunicar el cambio en la Presidencia. Sin una institución adecuadamente asentada y con un liderazgo claro a su frente, resulta demasiado complejo abordar las cuestiones de fondo.
Ahora la FTL debiera emprender, con una visión amplia y positiva, una etapa mucho más activa, que no se limite a plantear pleitos y más pleitos y a estar siempre mirando hacia lo que hacen o dicen los antitaurinos. Por el contrario, el trabajo que se espera de ella resulta mucho mas creativo, con el objetivo fundamental de poner en valor la Tauromaquia como rama de la Cultura, pero también como Patrimonio histórico y como actividad socioeconómica. Y hacerlo mediante mensajes positivos, porque las actuaciones siempre a la contra acaban por resultar ineficaces a efectos de opinión pública.
En suma, la existencia de esta Fundación estará justificada cuando se convierta en una verdadera institución unitaria, para liderar una travesía compleja y difícil en medio de un clima social revuelto desde fuera y con no pocos obstáculos, incluso institucionales, en el camino
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