El Arte, ese que nace y brota de los sentidos.
Dedicado a aquellos que
sobre el lienzo de la vida son capaces de danzar, componer, crear y
poner su vida en juego en el arte de un muletazo, un recorte o una
carrera
FELIZ 2020
Y mostraba su agradecimiento a su equipo
y a la SER, no sin matizar que la decisión merecía una explicación.
La desaparición del programa 'Los Toros' es una pésima noticia para la acorralada fiesta de los toros,
sin presencia ya en las parrillas de las radios más allá de la residual
supervivencia del programa 'Clarín' en RNE.
.El programa
Tendido Cero de La 2 de TVE emitirá este sábado un nuevo recopilatorio
especial para dar repaso de lo que ha sido este 2019.

El toro
de los festejos populares, la admirable historia de Pedro Antonio
Cañadillas, aficionado invidente que cuenta cómo percibe el toreo; los
momentos de intimidad de Román antes de reaparecer tras la gravísima
cornada sufrida en la feria de San Isidro y los recortadores en acción,
completan el programa.
Les molesta que el
reglamento pueda castigar a quienes sistemáticamente lo ignoran y
vulneran o que incida negativamente en la neo-tauromaquia que las
figuras y algunos criadores de toros de lidia están imponiendo en las
principales ferias españolas.
Abominar de la existencia del reglamento supone invocar a una clara
impunidad para poder legalizar las dejaciones, las trampas, las
omisiones, el fraude y muchas otras de las tropelías que caracterizan la
tauromaquia pregonada por el sistema taurino actual.
Toretes descastados y de embestida
borreguil, suerte de varas casi inexistente, triunfalismo máximo,
indultos por doquier,… eso es lo que se repite incesantemente en muchas
plazas de nuestro solar patrio.
—Hubo muchos toros destacados en la Feria de Abril: dos encastados de
Torrestrella, muy nobles los de Garcigrande y Jandilla, bravos,
encastados y dificultosos los de Victorino Martín, un gran espectáculo
protagonizaron los toros de Santiago Domecq, y tres sobresalientes por
su casta de Fuente Ymbro.
Son
muchos más los toros que han merecido el honor del reconocimiento. Y es
evidente que el número de toreros triunfadores no se corresponde con el
de los grandes oponentes que han saltado a los ruedos.
Cien años hace de la muerte de Joselito en Talavera de la
Reina, en los cuernos del toro Bailaor. Es conveniente y necesario recordarlo,
pero al plantearnos la conmemoración, la primera pregunta que se nos ocurre
indaga en los motivos.
La vida, la trayectoria taurina, el significado histórico está
analizado en esta agenda por grandes y competentes aficionados, y yo me voy a
referir a la importancia de su figura para el toreo de hoy.
Tendido Cero
inicia mañana una serie de varios programas especiales donde se recogerán
los contenidos más destacados abordados durante este año cargado de acontecimientos.
Análisis heterodoxo de una triunfal y preocupante temporada taurina
En la final ha ganado la «Oreja de Oro», en su edición 52, Paco Ureña, con 16 votos y muy alejados, con 2 han quedado Antonio Ferrera y Emilio De Justo. Último, con 1, Pablo Aguado. Es la primera «Oreja de Oro»
que consigue Ureña y ha sido en su temporada de reaparición en los
ruedos tras el percance que sufrió en Albacete en septiembre de 2018,
que le costó la visión del ojo derecho.
Manuela Mena es historiadora de arte y se la tiene por la mayor experta
en Goya del mundo. Es además comisaria y responsable de la exposición que, bajo
el título de “Sólo la voluntad me sobra”, muestra desde el pasado 20 de
noviembre unos trescientos dibujos del pintor, aprovechando la conmemoración
del 200 aniversario del Museo del Prado.
Y es también responsable de que en las
audioguías de la citada exposición se afirme que Francisco de Goya fue “un
pionero del movimiento antitaurino”, pese a que ello choca frontalmente con la
imagen de apasionado aficionado a los toros que tradicionalmente se tiene de un
artista cuya extensa producción se encuentra totalmente salpicada de obras de
temática taurina.
Es
cierto que Goya sigue siendo sobre todo un misterio, un jeroglífico difícil de
descifrar, oculto tras una percha legendaria que hace embarazoso, cuando no
imposible, saber quién fue en realidad este hombre de genio fuerte y humor
tormentoso. Sin embargo, esta falta de documentación no puede llevarnos a caer
en la tentación en que incurre la comisaria Mena de hacer de Goya todo lo
contrario a lo que su vida ilustra y hacerlo, además, sin dignarse a justificar
ninguna de estas nuevas afirmaciones.
Nada tiene de extraño que Goya –independientemente de que hubiera hecho
o no sus pinitos taurinos como sostiene la leyenda– participara de la corriente
de su época y se aficionase apasionadamente a los toros. De hecho, no hay ninguna
prueba de lo contrario, por más que a la comisaria Mena le moleste el asunto y
quiera presentarnos un Goya falsificado exhibiéndolo como un adelantado del
antitaurinismo. Para rematar el retrato que encuadre al pintor dentro del
perfil de lo “políticamente correcto” en estos tiempos de buenismo, fake news y manipulación de la verdad,
la señora Mena no tiene reparos en deducir de la relación epistolar del pintor
con su amigo Zapater la naturaleza homosexual de aquél, como si fuese imposible
que dos amigos alimenten un profundo y mutuo cariño sin tener que caer en el
campo de las relaciones sexuales.
Sin embargo, mostrándolo de esta forma, como
antitaurino y homosexual, deja a Goya en perfecto estado de revista para ser
identificado con el prototipo de persona que alienta la progresía actual y que
le hace decir a Mena que “los jóvenes, tan sólo por serlo, están más de acuerdo
con lo que decimos actualmente de Goya. Pienso que lo que estamos haciendo lo
tienen asumido y saben que hay que seguir por ahí.” ¿Se trata pues, de
complacer el pensamiento de la juventud actual, aunque sea erróneo, y no de
tratar de esclarecer quién fue Goya en realidad? Verdaderamente, vivimos en
tiempos de una quiebra moral gigantesca.
Si la más cualificada experta en Goya,
la gran autoridad nacional sobre este tema, se atreve a expresar todas estas
cosas, ya me dirán ustedes adónde estamos llegando. Con una izquierda que ha
perdido su memoria y su identidad y una industria animalista que pretende
ejercer una censura a niveles civilizatorios, o reaccionamos en consecuencia, o
estamos irremisiblemente perdidos.