domingo, 31 de marzo de 2019

Un torero ad hoc para snobs.

POR SALVADOR JIMÉNEZ 
El de Galapagar ha decidido volver, como viene siendo en él habitual, de forma puntual y fugaz. El suceso, por llamarlo de alguna manera, tendrá lugar el próximo mes de junio en la Feria del Corpus de Granada, una plaza que ha sido un referente en su particular carrera.Una tarde, que la empresa Lances de Futuro que comanda José María Garzón, prepara para que se convierta, como de costumbre, en todo un acontecimiento mediático para la ciudad nazarí y todo el mundo de los toros......

Ese día Granada será un hervidero. Se agotarán las plazas hoteleras sin lugar a dudas. La ciudad, a pesar de ser feria, cobrará una vida inusual. El coso maestrante granadino tendrá un lleno de reventón, posiblemente se duplicarán, o tal vez triplicaran, los abonos del ciclo feriado. Todos saldrán ganando.
El mesiánico torero, seguro el que más, volverá a ser el centro de atención de todo lo que se mueva en el mundo del toro en esas fechas, con una actuación preparada a modo, para que nada falle, con un cierto aire de originalidad, pero que no deja de ser algo tan puntual como innecesario en estos momentos, donde la tauromaquia es algo políticamente incorrecto.Lo mejor de todo esto no es otra cosa, que la Fiesta volverá a ser, al menos durante algunas horas, un espectáculo mediático para una sociedad que vive de espaldas al toreo. Luego todo volverá a ser lo que es. José Tomas, ya se ha visto, no viene a ser ese elemento revitalizador que precisa el toreo.
Este José Tomás no es más que una anécdota. Un torero tremendamente mediatizado, encerrado en un personaje creado para mayor gloria del neotaurino y advenedizos a un espectáculo que precisa muchos factores para sacudirse de toda la mugre que lo envuelve.
José Tomás vive plácidamente en su retiro. Un retiro voluntario y que forma parte de la parafernalia de todo el misticismo que lo envuelve. Él mira con indiferencia todo lo que ocurre en el mundo de los toros.
Sus mejores tiempos pasaron, ahora no es más que un producto mercantil, que cuando le apetece se anuncia en una plaza de segunda categoría y actúa sin la competencia real de los que de verdad tiran del carro del toreo, ante toros escogidos para sus esporádicas actuaciones. Eso si, no confundir con reapariciones, porque si no hay retiro, no hay reaparición.
Es el personaje creado por su maquinaria de marketing. Una anécdota por mucho que se canten sus faenas y actuaciones. Una auténtica figura del toreo, de siempre, iniciaba su temporada en Fallas y terminaba en El Pilar de Zaragoza.
Se acartelaba con sus iguales, a los que trataba de destrozar en el ruedo y gustaba de compartir cartel con aquellos que se decía venia a bajarlo del trono. Así fue y así debería de ser. José Tomás no compite con nadie. Decir que compite consigo mismo es otra farsa más, no da la cara en las ferias de primer nivel y su aparición en las principales plazas brilla por su ausencia.


JOSÉ TOMÁS NO COMPITE CON NADIE
Plausible sería su vuelta si se anunciase con Ponce, este año va a ser imposible, El Juli o con el peruano Roca Rey en la madrileña plaza de las Ventas durante la feria de San Isidro. Eso si sería un acontecimiento para hablar, escribir y copar los medios de comunicación, no ya un día, sino durante varias semanas.
Por ahora todo no es más que una de tantas, de las que fueron y las que quedan por venir. 

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