UN TORO SUBLIME

Plaza de Valencia. Octava corrida. Tres cuartos de entrada. Toros de JANDILLA, en general muy descastados, destacó el 5º, de nombre "Horroroso", fue un toro bravísimo para el que se pidió el indulto y fue premiado con la vuelta al ruedo. DIEGO URDIALES , de verde inglés y oro. Estocada (saludos). Cuatro pinchazos, estocada y descabello. Un aviso (silencio). SEBASTIÁN CASTELLA , de celeste y oro.Dos pinchazos y descabello. Dos avisos (silencio). CAYETANO , de turquesa y azabache. Estocada y tres descabellos (silencio). Estocada (silencio)

Una tarde que iba en picado en la que, uno tras otro, desfilaba un muestrario de toros de la más clamorosa falta de casta, se encuentra de repente, en quinto lugar, con Horroroso, un Jandilla que resultó una auténtica máquina de embestir. Por el pitón derecho fue un torrente, algo menos por el izquierdo, pero en conjunto un toro soberbio al que Castella se lo pasó por delante cuantas veces quiso. Una faena con más cantidad que calidad. El toro pedía grandeza pero Castella pegaba pases, templaditos, si, pero sin vitola.

Poco a poco fue creciendo en el público un clamor por el indulto. El toro deslumbraba con su inacabable galope, su humillada embestida y su enorme trasmisión. En varas había derribado dos veces y eso nos evitó verle una pelea de verdad en el caballo. Castella hizo lo posible por el indulto pero el palco exigió la estocada. La vuelta al ruedo al toro fue clamorosa. las dos orejas ya se la había cortado  Castella  a esa embestida sublime de Horroroso.

El toro había salvado el ridículo de la ganadería porque Urdiales y Cayetano se estrellaron con dos lotes infumables en una labor de quiero pero aquí no tengo de donde sacar más que algún derechazo como Diego en su primero.