miércoles, 21 de agosto de 2019

Lección de Diego Urdiales

Los destellos de arte y de empaque con los que va por el toreo Diego Urdiales, con ser los de esta tarde muy de recordar, no fueron suficientes para salvar el primer cartel con figuras. Con una entrada impropia de la ocasión y con una corrida de Zalduendo --la ganadería del futuro co-empresario de esta plaza—que resultó decepcionante. Responsable como siempre Enrique Ponce, con pocas opciones para el lucimiento. Y Ginés Marín con vibración frente al 6º, pero sin rematar la faena con la espada
BILBAO.Tercera de las Corridas Generales.
 No se llegó a la media entrada. Toros de Zalduendo (Alberto Bailleres), desiguales de presentación y muy deslucidos y agarrados al piso; tan sólo acabó rompiendo el 2º, muy bien manejado por Urdiales. Enrique Ponce (de gris plomo y oro), ovación y silencio tras un aviso. Diego Urdiales (de marino y oro), una oreja y silencio. Ginés Marín (de grosella y oro), silencio y ovación tras un aviso.


No pudo ser. Tampoco con el primer cartel de figuras. Y  no es ya por el viejo refrán de que “víspera de expectación….”. Si damos por bueno lo que se dice en las redes sociales, los altos precios --que lo son y mucho-- influyen en estas paupérrimas entradas que viene teniendo Vista Alegre. Vaya usted a saber. Puede ser eso, o cualquier otra causa; pero es lo cierto que al espectador que se le echa de una plaza cuesta un mundo recuperarlo. La imagen puede contener: una persona, estadio, multitud y exterior

Se presentaba como ganadero el que será futuro co-empresario de esta plaza, Alberto Bailleres, que ocupaba un barrera del tendido 2 con su hombre de confianza, Antonio Barrera. Deslucida la tarde de sus toros. Ni por presentación, ni por juego, se pueden salvar. Después de muy bien sobado por las manos prudentes de Diego Urdiales, rompió en la fase final el que hizo 2º. Apuntaba sus cosas el que cerró la función, pero su blandura deslucía mucho. El resto, mejor olvidarlos, no merecen ni entrar en tecnicismos.

Tiene su mérito Enrique Ponce. Después de lo de Valencia, que fue una lesión muy seria, no quería faltar a su cita bilbaína. Dura preparación que en Vista Alegre este martes no pudo lucir. Pero siempre tiene detalles toreros, chispazos que llaman la atención. Lo que no pudo haber, en ninguno de sus dos turnos, fueron faenas macizas y completas. Los de Zalduendo no andaban por ese palo. 

Los momentos para recordar llevan la firma de Diego Urdiales. Frente al 2º, hubo unas series sobre la mano izquierda --la última a pie juntos-- que eran un monumento al empaque. Qué forma tan serena de explicar el arte del toreo. Lo mató por arriba, y a sus manos fue la única oreja de verdadero peso que se ha cortado hasta ahora en el abono. Con el fuerte mulo que salió como 5º, nada que hacer, salvo estar aseado.

Poco se le podía pedir a Ginés Marín frente al nulo 3º. En cambio, estuvo muy enrazado frente al que cerró la tarde. Todo el trasteo tuvo vibración, incluso para sobreponerse a la continuada flojedad del Zalduendo. Si los aceros hubieran funcionado, podría haber cortado un trofeo, porque su esfuerzo  lo merecía.

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