jueves, 24 de octubre de 2019

Sobre el estoque simulado

Terminada la faena, el torero tiene que ir a la barrera a cambiar la espada de juguete por la de verdad, la de acero.
 Con eso se consiguen dos cosas, a mi juicio importantes: primera, que no se mate casi nunca cuando el toro pide la muerte y en el lugar exacto donde la pide; segunda, que el público, entre el ir y el venir del matador, salga de la situación emocional en que estaba sumido.
Resultado de imagen de el estoque simulado Ese viaje de ida y vuelta, pues, no beneficia ni a la técnica del toreo ni el interés emocional de la faena. 
No beneficia a nadie y eso está clarísimo. La espadita de madera es algo que hay que desterrar de las plazas de toros por perjudicial. 
Resultado de imagen de Guillermo Sureda, «Tauromagia»No puedo entender como Chicuelo, o Manolo Bienvenida, o Armillita, o Joselito, por ejemplo, podían con el estoque de verdad y ante toros duros y encabritados, de sangres ardientes y fuertes como castillos roqueros, y que los toreros de ahora, salvo excepciones, no tengan fuerza para sostenerla durante seis o siete minutos ante toros muchísimo menos fuertes y poderosos... 

Guillermo Sureda, «Tauromagia», Espasa-Calpe, 1978, 
págs. 66 – 67.

Vía :https://dominguillos.blogspot.com

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