Más de un millón de personas se han interesado o han consumido diariamente los contenidos de San Isidro en mundotoro.com. Un 40% más que en 2019. Y el promedio de consumo diario ha sido de 3,3 visitas por persona, dando un resultado de más de 3,3 millones de sesiones, hasta un total de casi 8 millones de páginas vistas. Y en cada visita, cada persona ha estado, al menos, 2 minutos. Son los datos del interés de la Feria de San Isidro que acaba de finalizar que han superado todas las previsiones, con un dato aún más significativo: 26 de cada 100 usuarios son nuevos, público nuevo que nunca había visitado este medio de comunicación del toreo.
Cada vez que publicamos los datos de mundotoro, lo hacemos por dos razones. Una, porque hay una recompensa a un trabajo y a la decisión de un consumo en abierto, gratuito. El crecimiento de mundotoro desde la pandemia roza casi el 80%. Y, desde 2020, los usuarios nuevos, el público nuevo, se cuenta en 37 de cada 100 usuarios. La otra razón es que estos datos, auditados por Google, que no sólo no regala nada, sino que trata de restar, dicen mucho de la realidad social del toreo. ¿interesan los toros? Si. Y Mucho.
Los datos geográficos o de localización demuestran, además, el potencial del toreo allí donde el toreo es inexistente en actividad. Barcelona: más de 400.000 usuarios. Palma: más de 94.000 en lo que va de año 2022. Los datos demuestran que plazas consideradas “difíciles”, si tienen una población amplia interesada en el mundo del toro: Bilbao: 96.000; Toledo. 78.000; Cáceres: 23.000; Algeciras: 21.000, Vigo: 21.000… Ciudades como San Sebastián, Gijón, León… tienen una bolsa más que interesante y fuerte de consumidores del mundo de los toros.
Resulta paradójico que, en lugares de nula, escasa o recurrente actividad de toros, las cifras de audiencia medidas en usuarios únicos, sea tan alta. Pero no lo es si pensamos en las causas. Y la gran causa es que no existe en esa ciudad ninguna oferta en medios locales que cubran la necesidad de consumir toros, leer de toros, informarse de toros, entretenerse con los toros. Si alguien piensa que los medios generalistas, nacionales o autonómicos o provinciales o locales, satisfacen la necesidad de consumo de toros, está en un error. Lo dicen los datos.
Con una previsión de usuarios únicos (si se mantiene este crecimiento) certificada por Google Analitycs de alrededor de más de siete millones y medio de usuarios anuales, ¿alguien puede afirmar que no hay interés por los toros en España, o en Francia o en América? Quizá sea el momento de reflexionar porque ese mercado potencial, pero real, no llega al consumo final de taquilla. Y ese es un trabajo urgente para empresas, administraciones, municipios, plataformas de televisión de pago…
Porque el toreo como oferta de ocio tiene su Tasa de Conversión (la que pretende calcular cuántos clientes pueden salir de una audiencia o masa de consumidores) por los suelos. De esta audiencia consumidora de toros, un 30 por ciento son nuevos públicos y, de ella, la gran mayoría jóvenes. Según el último estudio oficial del Ministerio de Cultura sobre la masa social del toreo en España, el interés por los toros alcanza a unos 11 millones de españoles. Pero con datos y reflexiones alarmantes que se hacen en ese mismo informa (Vicente Royuela, Universidad de Barcelona, “Estudio de los factores económicos y sociales que impactan en la celebración de espectáculos taurinos en España”)
Este informe científico/estadístico advierte de que «se puede estar produciendo un efecto de expulsión de las plazas de la gente con menos recursos dada la carestía de las entradas», hasta el punto de que solo un seis por ciento de los encuestados declaraba haber asistido a algún festejo en 2018. El catedrático insiste en que «hay más gente interesada en los toros que la que afirma haber asistido a la plaza», en lo que sería una «dinámica perversa» contra el propio espectáculo: el público va menos porque no hay suficiente oferta de festejos o los precios son muy caros en tiempos de crisis, lo que implica a su vez una añadida pérdida de interés a todos los niveles.
Recordemos que, en 2008, el interés por los toros alcanzaba a un 60% de la población, según el Ministerio de Cultura. ¿Cómo es posible que una sociedad haya variado tanto respecto a los toros: de un 60% a un 25% en apenas 14 años? No existe en comportamiento social ni de consumo, una pérdida de afectividad del 35% en14 años. No existe ejemplo alguno de esa pérdida de mercado en ninguna oferta de ocio, cultural o no, en España ni en otro país.
¿Qué hay de culpa propia? ¿Qué hay de mala gestión? ¿Qué hay de mala comunicación? No todo es causa del anti taurino. Los datos de este medio de comunicación y sus análisis a través de una herramienta global como es Google Analitycs, casan a la perfección con los datos del Estudio de la Universidad de Barcelona. En 15 años se han perdido más del 55% de las poblaciones que daban toros. Pero resulta que en muchas de esas poblaciones hay un evidente y certificado interés por los toros. La tarea en convertir ese interés en consumidor de toros, en participante activo en las plazas, televisiones y anunciantes.
Excluyendo la plaza de Las Ventas, el gasto empresarial en comunicación y publicidad es paupérrimo. De un lado, las empresas creen que el medio taurino es cuasi inútil. Ósea, que comunicar a ocho millones de personas de este medio, es cuasi inútil. Sumados a los millones de audiencia de Aplausos y de Cultoro, son muchos millones. De otro lado, una empresa de toros gasta más en el piso de plaza o arrendamiento que en comunicación. Mucho más. Podemos afirmar que, del presupuesto de una feria o evento, la inversión en comunicación/publicidad de una empresa de toros no llega al 3% de su presupuesto. La Coca-Cola, que no necesita más publicidad que la propia existencia de la misma, invierte al año más de 5.000 millones de dólares. El 32% de su presupuesto.
Quizá por ello el toreo gane más vendiendo cocacolas que por la venta de entradas en taquilla.
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