Conquero vio cumplido su sueño de salir en volandas el día de su doctorado. Manzanares deja patente su buen concepto, mientras que Roca Rey buscó y halló el triunfo en los terrenos del toro con una corrida interesante pero marcada por la justeza de fuerzas de Algarra.
José María Manzanares, Roca Rey y Alejandro Conquero, que tomaba la alternativa, hacían este sábado el paseíllo en el Coso de la Merced de Huelva en la segunda de su Feria de Colombinas. Se lidiaba un encierro con el hierro de Luis Algarra.
Una apasionada afición disfruta de un festejo en el que tanto las figuras como el torero local dejaron patentes sus armas en una tarde que acabó el triunfo. Manzanares, Roca Rey y Conquero se reparten un total de siete orejas de una interesante aunque medida de fuerzas corrida de Algarra. Un palco demasiado benevolente a la hora de conceder trofeos escatima la vuelta al ruedo a un bravísimo astado de Algarra para cerrar la noche.
. Manzanares deja patente su buen concepto, mientras que Roca Rey buscó y halló el triunfo en los terrenos del toro.El primero de la tarde era uno de esos toros propicios para una alternativa, un animal bonito de hechuras y con clase en sus embestidas, pero al cual le fallaba el motor de la fuerza. Lanceó con gusto a la verónica Conquero para más tarde dejar un emotivo quite por tafalleras. Pese a las protestas del respetable no fue devuelto el animal. Tras concederle la alternativa Manzanares y ejercer como testigo Roca Rey, Alejandro comenzó su labor por ayudados, pero el toro renqueaba de los cuatros traseros. Tuvo nobleza el primero de Algarra, pero pecó de falta de transmisión. Porfió Conquero con muletazos a media altura por ambos pitones, pero aquello no iba a ninguna parte, el animal ya había bajado la persiana. Tras pasaportar al de Algarra de pinchazo y estocada algo tendida saludó una ovación desde el tercio.
Embistió con temple el segundo de la tarde al capote de Manzanares, un toro que dejó dibujar al alicantino lances de fino trazo pese a que ya de salida echó las manos por delante. Tras la devolución de trastos José Mari se sacó al animal al centro del anillo para dejar dos tandas breves pero en la que llevó al animal con temple en las telas. Toro este segundo que se reducía cuando lo llevabas enganchado y pulseado. Un Algarra con la virtud de la prontitud, la fijeza y el ritmo a derechas, por el izquierdo tendía a venir más vencido. La serie fue desigual, volviendo a derechas. Acertó Manzanares en jugar con las alturas ante un toro que quería más que podía, de apretarle por abajo se venía arriba por su bravura, pero amenazaba con claudicar de manos, de ahí que le fuera apretando conforme avanzaban unas tandas que nunca pasaron de cuatro y el de pecho. Toro con virtudes al que Manzanares le realizó una faena presidida por el temple pero a la que le faltó mayor ajuste. Tras una estacada algo contraria paseó la primera oreja de la tarde de un toro ovacionado en el arrastre
El tercero de la tarde fue otro toro con nobleza y prontitud de Algarra, un animal que no dejó que Roca se estirara en su recibo de capa debido a la irregularidad de sus embestidas. Acusó justeza de fuerzas en los primeros tercios de ahí que se le midiera el castigo en varas. En banderillas destacó un sobresaliente Antonio Chacón. Debido a la condición del toro, Roca buscó no exigirle de primeras, de ahí que se lo sacara al centro del anillo con dos pases de trinchera. Faena presidida por el temple y la media altura. Buscó sentirse por la vía de la templanza y la caricia ante un toro con nobleza pero carente de alma. A zurdas se gustó en naturales pausados y pases de pecho al ralentí. Cintura y muñecas ante un toro que embestía al paso y que obligó al peruano a realizar una labor con intermitencias. Con el toro ya muy venido a menos acortó distancias en un final de faena que caló en los tendidos, ahí el público entró de verdad en la faena. Tras una estocada delanterita y contraria paseó dos orejas, que pese a ser un premio excesivo fueron pedidas unánimemente por toda la plaza.
También demostró poca fuerza el que hizo cuarto, otro animal que echó las manos por delante en el recibo de capa. Se gustó el alicantino en un comienzo de faena a media alturita pero con sabor. A derechas buscó no apretar a un animal que como el resto de sus hermanos la quiso tomar con temple y calidad, pero el depósito de la fuerza no acompañaba. Manzanares consciente de ello nunca sometió las embestidas y si las acompañó. Aguantó las embestidas al paso de un Algarra que pese a su noble condición tuvo una sosa embestida. A zurdas no varió demasiado su condición en unas series en las que el alicantino no acabó de conectar con los tendidos. Faena correcta a la que le faltó un punto de ajuste ante un toro claudicante. Tras pasaportar al animal venido de La Capitana paseó la oreja que le abría la puerta grande
.No acabó de salirse del capote de Roca Rey el sardo que hizo quinto, un toro bajo y de buenas hechuras al que costó irse tras los vuelos. Empujó con fijeza en el peto para llegar con galope al tercio de banderillas. Inició faena por alto ante un Algarra que embistió sin demasiada emoción. Ya en el centro del anillo toreó en redondo dándole sitio a un animal que tendía a embestir por dentro, teniendo que desplazarlo Andrés con un leve toque hacia fuera. Toro con mejor inicio que final del muletazo, el cual pegaba una pequeña miradita cuando llegaba a la jurisdicción del torero. A zurdas vino dormidito y embistiendo a media altura, teniendo el peruano que dar toques fijadores para que el animal siguiera el engaño. Como pasara en su anterior faena los tendidos entraron de lleno en su labor cuando Andrés plantó los pies en el albero y acortó distancias. Se dejó llegar los belfos del toro a la taleguilla, los pitones rozaban sus muslos pero Andrés ni se inmutaba. Tras pinchazo y estocada paseó una oreja.
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