Hoy os vamos a hablar de las rayas de picar. Para todos nosotros esas rayas son ya inamovibles, pero no siempre fue así:
Esta situación provocó un contencioso que se saldó a favor de los picadores. En 1908 se pintó el círculo concéntrico por primera vez en Zaragoza, si bien no se impuso hasta el Reglamento de 1923. Una línea que no podían sobrepasar y que a partir de 1930 se bautizó como “tercio”.
El 11 de abril de 1959, tal día como hoy, el Ministerio de Gobernación dio orden de pintar una segunda raya concéntrica, a propuesta de Domingo Ortega. Todo con el objetivo de comprobar la bravura del toro al arrancarse al caballo y evitar que los toreros metieran a los toros debajo de caballo.
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