Grave cogida de un gran Iván Fandiño

La corrida de la Prensa,  ha tenido la importancia de un torero, Iván Fandiño, y de una corrida seria y encastada aunque blanda de Parladé. Pero esta vez la seriedad se ha impuesto por la autenticidad de un torero de cuerpo entero.

Ese torero, Iván Fandiño, había marcado con una cruz esta feria de San Isidro como la de su definitiva ascensión a lo más alto del toreo. Y se enfrentaba al primero de los tres retos en Madrid. Salió por todas ante su primer toro, de nombre Grosella y con el capote ya encendió los tendidos al torear a la verónica con hondura y sabor de toreo añejo. El de Parladé tenía casta a raudales, enfrente la muleta de Fandiño para ir venciendo a la fiera a la que sometió por bajo en derechazos inmensos. El pitón izquierdo tenía veneno y el torero al final pudo cuajar muletazos firmes, por derecho, de un toreo de verdad, sin trampa ni cartón.

Se precipitó en un pinchazo alocado pero en el segundo intento entró a muerte para enterrar todo el acero y salir corneado en el embroque. Así, con sangre torera, pagaba el precio de un triunfo legítimo. Pero pierde, si nada lo remedia, dos tardes más en Madrid. Sus dos otros retos. Pero ya dejó claro que ahora mismo está muy por encima de la mayoría de quienes van de figurones, usurpando un sitio en los carteles de lujo a los que Fandiño tiene mucho más derecho, aunque se lo quieran negar.

El Cid cuajó una gran serie por derechazos en el cuarto toro, pero de nuevo perdió el ritmo de la faena en la segunda mitad de la misma. Otros muletazos sueltos en el primero y una labor aseada en el que mató por Fandiño.

Daniel Luque sigue sin encontrar su sitio en Madrid. Una labor desangelada en la que no ayudó el lote más deslucido de la corrida

Parte facultativo
Iván Fandiño sufre una herida de 25 centímetros en el muslo de la pierna derecha con destrozos del músculo cuádriceps, contusión vasos femorales y rotura colaterales. Pronóstico grave.