domingo, 9 de febrero de 2014

Reaparición triunfal

En Valdemorillo  vimos a un Manuel Escribano que salió a por todas, como si la gravísima cornada que sufrió el año pasado en La Adrada no le dejara la más mínima huella mental. 
Se tiró de rodilas para recibir a portagayola a sus dos toros, no parpadeó para citar, sentado en el estribo, y colocar un par de banderillas al quiebro en un terreno imposible y luego se fajó con ambos toros en la muleta.
Corrió la mano si dejarse tropezar el engaño en los derechazos a su primero y exprimió la poca fuerza del toro para ejecutar el toreo al natural. 
Todo con el sello de quien sabe lo que se estaba jugando cerca de Madrid. Y la suerte le sonrió en el cuarto, un toro con calidad, como casi toda la muy seria corrida de Algarra, pero que tuvo más fondo que sus hermanos. El torero de Gerena se enrabietó y fue trenzando una faena sin primores pero con garra, siempre bien colocado, sin trampitas, llevando cosido al toro en la muleta. Derechazos larguísimos y naturales con garra.
 Después de la estocada rinconera le dieron las dos orejas y el premio añadido de sustituir hoy a Albertpo Aguilar, además de la salida en hombros junto a David Mora.

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