viernes, 13 de enero de 2017

La batalla de Málaga

La licitación por la plaza de toros de Málaga escenifica el estado nacional del toreo. 
Nadie duda a estas alturas de que una sima abisal ha resquebrajado el mapa taurino de España. De un lado, el grupo Ballières.
 O el grupo surgido de la, llamémosle, fusión entre una rama de las empresas del magnate mexicano y la Casa Chopera. Unas siglas (MBF) que abarcan Salamanca, Logroño, San Sebastián, Almería, Olivenza y lo que colee de la FIT



Y Bilbao, aunque se niegue oficialmente (en las cartas del grupo a los toreros para comprometer fechas, figura).
Al otro lado de la sima, el grupo Casas. Desde la atalaya de Madrid, se extiende un vasto dominio de plazas: Valencia, Nimes, Zaragoza, Alicante, Mont de Marsan... ...Y ahora el asalto a Málaga no en soledad precisamente, sino arropado por la empresa Pagés de Sevilla (Ramón Valencia), Toño Matilla y Manuel Martínez Erice, que son Castellón y Valladolid. 

Como si hubieran forzado una entente -miremos lo que nos une y no lo que nos separa; de pronto Casas, Nautalia y Erice en el mismo barco tras la jugada del concurso de Las Ventas- para detener el avance "enemigo".
Y, aunque hay otras pequeños aspirantes a La Malagueta, entre los dos grandes se librará la batalla final, que es la escenificación de la guerra que ha divido la España taurina como si fuera el 36. Sólo que ningún bando es nacional. O puede que uno un poco más que otro. No sé. Si hace 20 años alguien pinta el paisaje de la Tauromaquia española dirigida por un productor francés y un magnate mexicano, le enfundan una camisa de la López Ibor.
Así que allí en la Costa del Sol andan escondiéndose las cartas de contratación y compromiso entre los toreros de una facción y la otra (cuando la carta de un único torero desequilibraría todo...). Ya antes de que el diputado de la cosa dijese que esa estrategia es clave. La descojonación, que escribiría Pérez-Reverte.
Por ZABALA DE LA SERNA.http://www.elmundo.es/

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