domingo, 7 de mayo de 2017

FINAL CON PREMIO

El 175 aniversario miureño se engalana con el buen toreo al natural de Pepe Moral.
El diestro se acordó de su llorado maestro Manolo Cortés.
 Al natural y con un quinto miura llamado Amapolo
El retrato de Cortés redivivo. A cámara lenta el empaque y el lento trazo. Atalonado y asentado en tres series de bandera. 
La nobleza suave y más descolgada del buen cinqueño como arcilla moldeable de 631 kilos de verdad.
 El miura soñado. Rugió la Maestranza.
 Oles tan largos como los muletazos que nacían de la cintura y morían en el tacto de la muñeca. 
A la colocación baja de la espada se aferró la presidenta sensatamente para no conceder la segunda oreja .
 Pepe Moral dio dos vueltas al ruedo aclamadas, vitoreadas, abrazadas con el instinto de la supervivencia a flor de piel.
Antonio Nazaré se estrelló con el primero, un inválido y dio la cara con el bronco que salió en cuarto lugar. Esaú Fernández quiso jugársela a portagayola y fue arrollado por su primero, que le perdonó la cornada. En este toro y en el sexto plantó batalla con más entrega que acierto.
Sevilla, domingo 7 de mayo de 2017. Toros de Miura, de juego variado e interesante. Antonio Nazaré, silencio tras aviso y ovación con saludos; Pepe Moral, oreja y oreja con petición de la segunda y bronca al palco; y Esaú Fernández, ovación con saludos y palmas. Entrada: Más de media plaza.

Miura cerraba en Sevilla la Feria; 175 años de historia como broche. Desaparecidas las corridas que en prefería acogían a los llamados toreros locales que, año tras año, apenas cuentan con contratos, la miurada fue la elegida como 'oportunidad'. La presencia de los tres matadores sevillanos -Antonio Nazaré, Pepe Moral y Esaú Fernández- desalojó a un 'especialista' de contrastados y continuados méritos en la Maestranza como Rafaelillo.

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