sábado, 24 de agosto de 2019

Ureña, apoteósico, hace grande el toreo

Inmenso triunfo con cuatro orejas y una puerta grande clamorosa

Cuando alguien pregunte qué es torear se le podrá  responder que es lo que hizó Paco Ureña en Bilbao. 
Infinito triunfo sobre la base de la pureza, sin un solo alarde, sin una sola ventaja, sin la más mínima demagogía, dentro de las más estrictas normal clásicas, las mismas que pisotean todos los días muchos de los que frecuentan los carteles de lujo. 
Ureña llegó a Vista Alegre y a las 8 y 15 de la tarde la plaza se le había entregado en un apoteosis como hace tiempo no vivíamos en estas Corridas Generales.
El comienzo de la faena a su primer toro era ya un aviso: torería de verdad, para ir creciendo en una faena en la que los redondos y los naturales rivalizaban en autenticidad. Citar en el terreno de verdad y cargar la suerte para rematar a la cadera. Y la plaza en pié. Luego una estocada volcándose, a morir sobre el morrillo y saliendo encunado entre los pitones. Claro que las dos orejas eran indiscutibles
La locura llegó con el sexto, noble pero al que había necesidad de dosificar su escasa fuerza. Ureña lo entendió a la perfección y fue tejiendo una bellísima faena, otra vez sobre ambas manos. Rotundos los redondos y de pintura los naturales. Un final brutal de belleza con un natural eterno y un estoconazo fulminante. Otro premio doble, puerta grande. 
Ureña acababa de reventar el toreo
Diego Urdiales se llevó un lote infumable y estuvo por encima del mismo entre gañafones de infarto. Cayetano se templó en derechazos y no quiso tragar por el pitón izquierdo de su primero. El quinto llegó moribundo al último tercio.

Plaza de Vista Alegre. Viernes, 23 de agosto de 2019. Séptima de feria. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Jandilla y tres de Vegahermosa (3º, 4º y 6º); de diferentes hechuras y seriedades; extraordinarios 3º y 6º de distinto modo; muy gastado el bondadoso y apagado 5º; complicado y áspero el 2º, más potable por el derecho; infumables los peligrosos 1º y 4º .
Diego Urdiales, de sangre de toro y azabache. Pinchazo hondo tendido y media estocada tendida (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada algo contraria (saludos).
Cayetano, de tabaco y oro. Estocada tendida y descabello (saludos). En el quinto, estocada corta (saludos).
Paco Ureña, de canela y oro. Estocada (dos orejas). En el sexto, gran estocada (dos orejas). Salió a hombros.¿Qué tienes, Bilbao, para haber sido la elegida?

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