La plaza de toros de Oviedo, inmueble catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), ha vivido años en un contexto de barbarie política e institucional con su absoluto abandono.
Posteriormente, el alcalde de la ciudad, Alfredo Canteli (PP) decidió que el coso convertido en jungla para yonkis tenía que ser reformado, pero para no dar toros. Acuñó para ello una frase propia de un dictador de Mozambique: “en Oviedo la ópera y en Gijón los toros”. Posteriormente y en base a ese mantra caciquil, propició un concurso dirigido a empresas del ramo de la arquitectura para la remodelación.
Como en una insistencia del absurdo, será un estudio/empresa asturiana quien lo llevará a cabo cuyo arquitecto, conocido aficionado de la zona, hará un proyecto…para no dar toros en Oviedo.
Lleva 14 años cerrada. Sin uso y declarada en ruina por el Ayuntamiento. La plaza tiene 132 años, y llegó a tener tres pisos de altura. Uno se perdió en un incendio en los años 30.El estudio asturiano de los Álvarez Arango será el encargado de elevar un edificio multiusos con capacidad para 5,.000 personas. Como aficionado, Jesús Álvarez Arango conoce de primera mano el coso de Buenavista. Un conocimiento que sin duda le ha servido a la hora de confeccionar su propuesta. Una especie de rocambola absurdo. Porque, además, los Álvarez Arango no ofertaron la propuesta mejor valorada, sino que fue un estudio de Soria, que fue desestimado al no poder a acreditar la experiencia exigida.
La plaza de toros de Oviedo, en estado de abandono y derrumbe a causa de la prevaricación por omisión de todas las instituciones asturianas (incluida la del cautilla Candeli, el Ayuntamiento) no puede acudir a los tribunales. No puede acusar a nadie de su estado y ninguna institución ni persona física ni jurídica de Oviedo lo ha hecho.
Imaginemos que allí donde se celebra la ópera en Oviedo, el teatro Campoamor, hubiera sufrido la prevaricación por omisión de Canteli y otros dirigentes y ocupantes de cargos institucionales. Imaginemos que, por dejación, el teatro Campoamor hubiera dejado de dar ópera y se hubiera convertido en un mal bosque lleno de yonkis. Décadas sin opera en Oviedo y, por tanto, muerte por lento asesinato de la ópera en Oviedo.
Pero Canteli y congéneres, han invertido en el Teatro Campoamor decenas de millones de euros, parte de los cuales deberían haber invertido en la plaza de toros. Eliminar del mapa el lugar histórico de reunión de la cultura de la Tauromaquia en Oviedo por prevaricar por omisión, es la causa única del estado del toreo en Oviedo. Del estado de un BIC y del estado de una actividad legal en todo el país, un Patrimonio Cultural de los españoles. Y decir lo contrario no solo es mentir, sino en conceder al que miente, el político en el poder y más al alcalde Canteli, que su mentira sea ley.
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