jueves, 16 de noviembre de 2023

EL TORO DEL FUTURO

 


La búsqueda de determinadas virtudes fuera de la propia ganadería lleva a una evolución en ésta en el medio plazo, como pretende experimentar Juan Pedro Domecq.“No hay ganadería sin ganadero” es una de las grandes verdades que existen en el mundo del toro. Y decimos verdades sin sonrojarnos porque el propio criador es el que le da la personalidad a sus animales buscando un tipo de embestida muy particular y que tiene grandes similitudes con su forma de ser, algo que se transmite a los animales. Por lo tanto, el animal bravo tiene un hilo conductor con ese ganadero, haciendo que la vacada tome un camino u otro -como es lógico- en función del que toma decisiones.

Una de esas ganaderías que lleva lustros aleccionando un tipo de toro definido es Juan Pedro Domecq, sin duda la madre de una gran parte de las vacadas que hay en la actualidad en España. Pese a los vaivenes de los últimos años, en Lo Álvaro no se han dejado llevar por las prisas, buceando en los libros para encontrar aquellos animales que le volvieran a dar regularidad a la vacada sevillana. “No hay que tenerle miedo a buscar fuera de casa aquello que un ganadero no tiene, el explorar nuevas vías hacia una bravura que aunque no sea total, esta se acerque mucho”, reconoció en su día el ganadero afincado en la Sierra Norte sevillana.

Con el paso de los años hubo muchos ganaderos que le perdieron el miedo a cruzar unos encastes con otros, buscando más que un encaste o una procedencia, una línea o reata en particular que le ayudase a encontrar aquello que le faltaba. Algo que siempre ha reconocido un ganadero como Álvaro Núñez, el cual nunca tuvo miedo a acudir a otras ganaderías a buscar esa virtud que no hallaba en su casa. Algo parecido piensa un Juan Pedro Domecq Morenés que tiene claro los pasos a dar en su ganadería para que esta no se quede estancada.

«Si tuviera que buscar fuera, ¿dónde buscaría Juan Pedro?«, le preguntaba Martín de Blas hace unos meses en su programa Tiempo de Toros: “En Jandilla, en mi tío Álvaro, algunas cosas de Atanasio, cosas de Las Ramblas… son pimienta para el guiso. Pero buscar la mayor amplitud de caracteres para conseguir la bravura. Y luego trabajar sobre lo que tenía, intentando abrir la ganadería lo máximo posible”.

¿Ha buscado en Atanasio? Le volvía a preguntar instantes después: “Mira, el toro Aldeano, de Victoriano del Río, es hijo de un toro Berroqueño de Antonio Ordóñez que lo hizo mi abuelo. Y eso ha marcado la forma de embestir la ganadería. Mi abuelo ya lo hizo. Muchos ganaderos lo hacen, pero a lo mejor no lo cuentan. Cada ganadero busca lo que cree que cada ganadería necesita. Y cada ganadería necesita un complemento distinto” acababa comentando el propio Juan Pedro Domecq Morenés.

Sin temor a equivocarnos, estas serían las vías de refrescamiento que sopesa Juan Pedro para abrir genéricamente su ganadería, un hierro del que se han nutrido un sin fin de vacadas que no dudarán en volver a la casa madre para volver a conseguir genética. Domecq Morenés es consciente que llamar a la puerta de otros ganaderos no es una línea roja y sí algo beneficioso para encontrar el toro del futuro.

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