Resaltaban los telediarios la gran expectación "internacional" sobre la festiva jornada del evento tomatero de Buñol como fiesta mayor cuando en nuestro mundo taurino salto la noticia de que en el aniversario de Manolete en Linares la terna se quedaba en encerrona tras baile de corrales. Eso si que tiene tomate...las cuadrillas de Morante y Manzanares hacen mutis por el foro y Curro Díaz apechuga como único espada para salvar el expediente en una plaza y un día tan señalado.
Cada sorteo matinal es un suplicio para la autoridad en lucha con las cuadrillas , pero nunca se llega a romper el cartel como ahora a sucedido. La autoridad veterinaria y gubernativa cede muchas veces a los caprichos de las figuras y al revés también pasa . Todos recordamos festejos con toros impresentables que son pitados al principio pero que luego se lidian con normalidad e incluso son de triunfo...pero menoscabando la categoría de todo el organigrama que tendría que velar por la integridad del espectáculo. Empresas, ganaderos , toreros , veterinarios , gubernativos y presidentes se resienten del cometido de dar grandeza al rito taurino.
Cada plaza según su categoría y su idiosincrasia tiene argumentos para anunciarse séase ganadero o torero. Una vez encartelado hay que dar la cara lo mejor posible para bien de la fiesta y aunque siempre hay tiras y aflojas se abre el portón con todos los participantes contratados para beneplácito del respetable que religiosamente paga su entrada después de haberse organizado en viajes , presupuestos etc..
La tomatina de Linares pone el listón del rigor del reglamento en primer plano y debería haber una formula para que nunca más vuelva a suceder, sancionando al que se quiera saltar a la torera y a última hora y sin consecuencias lo contratado. Los enconamientos del sector son legítimos pero hay que llegar a acuerdos para no dañar más hoy en día a la Tauromaquia que tanto decimos defender.
Esperemos se tomen medidas y que sirva de ejemplo .
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