"Los indultos están siendo excesivos, se está devaluando así la bravura del toro"
Marcelino Moronta es presidente de ANPTE (Asociación Nacional de Presidentes de Plaza de Toros de España). Bajo el lema ‘Respeto al toro’, el pasado fin de semana han celebrado en Salamanca su Congreso Anual que ha reunido a más de un centenar de profesionales donde se ha reivindicado, entre otros muchos asuntos, la necesidad de que los palcos sean nombrados atendiendo a las capacidades, formación, experiencia y criterio de aficionados solventes.
No podía ser de otra manera. El toro para la Fiesta es fundamental. Sin toro no hay tauromaquia. Los toreros en estos momentos tienen más defensa que el toro, pues el toro está siendo el más perjudicado en un momento de triunfalismo en el que todo vale. Es fundamental que todos respetemos al toro en su integridad.
Precisamente acaba una temporada polémica, con esa integridad del toro cuestionada más que nunca. ¿Qué responsabilidad tiene en esto el presidente?
Un papel decisivo. No es el culpable de lo que ocurre pero sí de que no se tomen las medidas pertinentes para que eso suceda. Un buen presidente tiene que poner los medios para que haya prevención y cautela. Los responsables tienen que saber que si se hace algo que no se puede hacer pueden ser sancionables.
La sensación generalizada que hay es que se está manipulando el toro, presuntamente todo. El presidente es la persona que tiene que decidir si esos pitones se mandan a laboratorio o no, por lo tanto si hay alguna disfunción la culpa sí es de él, luego habrá motivos, excusas, historias... pero sí creo que ahora que finaliza la temporada habría que hacer un examen de conciencia de muchas actuaciones en muchas plazas de España. Insisto en lo que comentaba al principio, es fundamental el máximo respeto al toro, y en eso tenemos que estar sensibilizado todos.
En ese respeto al toro surge también la polémica de los indultos. ¿Se está devaluando?
Sin lugar a dudas sí. Los indultos están siendo excesivos. Hay toros que se merecen la vuelta al ruedo por su bravura, y no se le da, si no que se pasa directamente al indulto, y eso es un error gravísimo y a la vez muy lamentable. El indulto tiene que ser una circunstancia excepcional, y en muchos de los indultados no se está dando y está devaluando lo que es la bravura del toro. En cambio, insisto, se dan pocas vueltas al ruedo a los toros. Ha habido toros muy bravos que merecían esa vuelta al ruedo pero el pañuelo azul está brillando por su ausencia, y dar la vuelta al ruedo es honrar al toro, que nadie lo dude.
¿Tiene que ver ese auge de los indultos con ese carácter triunfalista que antes comentábamos?
Totalmente, la Fiesta está sufriendo un cambio de tendencia. Están desapareciendo los aficionados auténticos y van acudiendo a la plaza espectadores sin tener conocimientos y sin importarle la liturgia de la Fiesta. Hay exceso de triunfalismo. A todos estos nuevos aficionados que vienen habrá que educarlos, habrá que enseñarles que el indulto tiene que ser excepcional.
También hay que saber que el presidente muchas veces sufre presiones injustas que provocan ese pañuelo naranja en el palco, todo eso también el público tiene que saberlo.
¿De dónde vienen esas presiones?
Muchas veces es el propio matador quién lo provoca, y se crean unos conflictos que no deben suceder, y todo eso conlleva a que el público lo pida, y esa también es otra presión, un público en contra de la presidencia no favorece a nadie.
A veces son las actuaciones de la presidencia las que provocan ese enfrentamiento. Aún resuena la tarde de Fortes en Madrid y esa no concesión de la oreja. El público estalló.
En eso estamos de acuerdo. Lo que no beneficia a nadie y no tiene sentido es que el propio presidente provoque una alteración, muchas veces por exceso de querer conseguir elevar la categoría de la plaza. Cualquier presidente se puede equivocar, esa actuación condujo unas circunstancias inesperadas y nada favorables para el buen desarrollo del festejo.
¿El palco de Madrid necesita cambios urgentes a la hora de decidir quién preside un festejo en la plaza más importante del mundo?
La Comunidad de Madrid debe de ser consciente que el mecanismo que utiliza para el nombramiento de presidentes está anclado en atavismos y costumbres ya obsoletas y que hay grandes aficionados muy preparados y experimentados para esa función, avalados por su formación, experiencia y compromiso con la Fiesta.
Precisamente desde ANPTE estamos luchando para que los presidentes surjan de la experiencia extensa y la formación intensa de aquellos aficionados que se sientan con capacidad y aptitud para asumir la responsabilidad que supone presidir una corrida de toros.
¿Cómo ha evolucionado la figura del presidente?
Ha evolucionado mucho, como los tiempos, pero teníamos que haber evolucionado más. Según la normativa el avance ha sido importante, pero la realidad no se corresponde con eso. Hay muchas cacicadas que no tenían que existir, como que en muchas plazas no dejen actuar a personas que están muy preparadas pero no son policía. Es importante insistir en que el presidente tiene que ser una persona preparada y formada, independientemente de su procedencia.
La lucha es ardua, es complicada. Muchas veces es a los propios taurinos a los que no le interesa que el presidente sea una persona preparada y formada, le interesa más que sea vulnerable, un poco veleta y con los justos conocimientos para dejarse influir.
Lo de adaptar la Fiesta a los nuevos tiempos, como insinúan muchos, no va con usted…
Adaptarse a los tiempos siempre es algo positivo, pero no debemos confundir eso con la importancia de mantener siempre la liturgia taurina, con los tres tercios y la muerte del toro, eso es algo sagrado. Me llama la atención cuando algunos hablan de “muerte innecesaria”. Es manipular, no sé ni a qué se refieren. La bravura del toro se mide en las suerte de varas, si dejamos que desaparezca yo no sé dónde vamos a llegar; y la muerte del toro igual, son matadores de toros, que no se olvide nadie. La faena tiene que terminar con la muerte del toro sí o sí.
¿Se avecinan tiempos difíciles para la Fiesta?
Me gustaría ser optimista porque soy aficionado, romántico, pero no vamos por buen camino. Se está descuidando mucho a la afición. Se está pensando en la Fiesta como espectáculo generalista y la Fiesta tiene que ser un espectáculo singular y como tal tenemos que cuidarlo y mantenerlo.
La Fiesta no llega a los jóvenes. Los empresarios tendrán que revertir parte de los beneficios en promoción de la Fiesta y las figuras deberían revisar su caché, porque estamos en un momento muy difícil en el que el espectáculo taurino no es rentable, y lo triste es ver que desde dentro hay muchos intereses encontrados, y eso nunca ayuda.
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