“Sé que en este próximo año van a pasarme cosas bonitas. No me angustio por más o menos festejos; sé que mi momento ha de llegar y lo que procuro hacer es disfrutar con ese sitio que me ha tocado en la vida y en toreo”.
El comienzo es la última frase que David de Miranda dejó dicha sobre las tablas del escenario del teatro Juan Alonso de Guzmán de San Juan del Puerto, antes de que llegara desde el patio de butacas la primera de las preguntas del público.Había transcurrido casi una hora desde que el periodista onubense Manuel Jesús Montes y el torero triguereño entablaran un diálogo sobre la trayectoria del torero y más concretamente, de los avatares que trajo consigo el percance en la plaza de Toro.
Todo forma parte de esa primera charla coloquio que bajo el titular de Un heroico retorno pretendió ser homenaje al esfuerzo y a la determinación de un torero que a la pregunta del periodista sobre si sentía ese carácter de héroe, contestó que simplemente se sentía “una persona normal con una pasión y una vocación enorme por sentirme torero, una palabra que para mí siempre ha encerrado un significado muy grande y que he estado pendiente de conseguir serlo”.
Todo forma parte de esa primera charla coloquio que bajo el titular de Un heroico retorno pretendió ser homenaje al esfuerzo y a la determinación de un torero que a la pregunta del periodista sobre si sentía ese carácter de héroe, contestó que simplemente se sentía “una persona normal con una pasión y una vocación enorme por sentirme torero, una palabra que para mí siempre ha encerrado un significado muy grande y que he estado pendiente de conseguir serlo”.
Bien hilada la entrevista, con argumentación de peso y conocimiento del personaje, Manuel Jesús Montes supo dejar puestas en suerte muchas de esas respuestas que por parte de David de Miranda habían de llegar. De frente, un auditorio repleto de silencio e interés por cuanto deparaba ese personaje al que un vídeo previo desveló, incluso en su más temprana edad, siempre en su relación con el toro.
Inevitable arrancar la noche con ese percance que corta en dos la trayectoria de un matador de toros muy joven. Interesante sin duda la intimidad que Miranda es capaz de sacar en el momento duro de la charla. “El camino de la recuperación lo han hecho al unísono la persona y el torero. Cada uno por su parte no hubiesen podido ayudarse en llegar a las metas”. “Fue un momento muy negro de mi vida, no lo niego, pero a la vez muy intenso porque prácticamente todos los compañeros del escalafón se interesaron por mí y fue importante. Cuando a través del teléfono llega la voz de José Tomás y pregunta qué tal me encuentro, es sin duda un regalo impagable hablar con tu ídolo, tu referente y que tantas cosas malas se borraran de golpe”, recuerda el torero.
En el tiempo también hubo conversaciones de torero a torero con Perera y Padilla. Son estímulos que Miranda reconoce que le hicieron avanzar cuando aún no tenía claro qué estaba pasando en su vida.
Tiempo en la noche para dejar llegar la experiencia en Coslada. El ambiente, la decisión de un viaje en el que Miranda debía afrontar como la antítesis de una opinión médica que le aconsejaba dejar de torear.
“Coslada no fue fácil de convivir. Había muchas gente con menos expectativas que yo y ver eso cerca se hace muy duro. También aprendes y maduras como persona y acometes metas”.
Metas como debe ser ese capítulo que llega en la reaparición de Huelva. Un gesto desde el que se sustenta ese homenaje de anoche por parte de la peña taurina El Castoreño, impulsora de ese acto.
“No habíamos visto el momento de reaparecer a pesar de los ofrecimiento, y entonces fijamos Huelva como el tope de todo. Era Huelva y una tarde llena de enorme responsabilidad y muchas dudas. No era un festejo más, porque había mucha gente esperando ver al Miranda que había antes de un percance. Miedo no, pero sí una enorme responsabilidad porque Huelva me había esperado y la ovación del principio rompe muchas cosas por dentro. Fue bonito, sin duda, también porque esa tarde después de todo toreaba para mí y las dos mujeres que habían acompañado en la travesía más dura de mi vida”.
Interés del público por el personaje. El periodista cede el testigo al respetable con el trazo marcado en esa impronta de madurez personal que Miranda deja llegar con naturalidad y afecto a quienes anoche se acercaron a testimoniar su interés a David de Miranda.
En el protocolo, las palabras importantes de una alcaldesa, Rocío Cárdenas, cercana a la Fiesta desde el respeto a las tradiciones de este San Juan siempre se dan cita en el discurso. Desde la peña, el obsequio como recuerdo a una interesante acto.
P. GUERRERO- www.huelvainformacion.es
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