ARJONISTA

 Me declaro "arjonista " incondicional. 

A veces rememoro mentalmente pasajes de mi mundo taurino personal y me vienen gratos momentos  contemplando fotos tanto en sepia como en blanco y negro de la prensa del momento, en aquellos bares en que los periódicos eran el complemento perfecto al desayuno o la tapa . Fotos que con el tiempo son reconocidas por todos por dos cosas : por mostrarnos con belleza momentazos de  faenas y por la caligráfica rubrica en blanco de "ARJONA".

Como buen aficionado fui coleccionando recortes de prensa ,a veces robados de la casa de cultura y de la taberna de mi barrio , por el impulso de guardar como oro en paño ese fogonazo de eternidad taurina que tan genialmente había captado con tanta certeza el gran fotógrafo sevillano.

 Para mi fue un genio . Recuerdo haberle visto en las calles aledañas al coso del Baratillo junto a profesionales del sector en una mañana de corrida. Pepe Arjona lucia ya una bien peinada  melena canosa y estaba en la esquina de la barra distante y expectante al corrillo de la torería que  ruidosamente hablaba del sorteo y otros pormenores de la Fiesta. Mi padre le  saludo y nos dió una imagen que aún conservo . Mi memoria no olvida parte de la charla que tuvo lugar allí, en los años ochenta. La breve conversación terminaba con la explicación de que Arjona era tan buen artista de la cámara por que  antes  fue torero...

Vamos que intuía  antes de que sucediera si el pase apuntado seria bueno pulsar el obturador y capturar el momento decisivo como para pasar a los anales. Algo que era verdad , pero añadiendo el gran matiz de reunir esos  conceptos  con los aprendidos en el buen uso del objetivo, que por tradición familiar era su herramienta de trabajo como herencia generacional. 

Arjona instaura su obra como complemento  ideal de la grandeza taurómaca , siendo fiel testigo y plasmando para todos la magia fugaz por ejemplo de esas muñecas en la media verónica, el cite majestuoso al quite , etc. que suponen un enorme carrusel emocional de icónicas fotos conocidas por cualquier aficionado que se precie. Como si fuesen la banda sonora de nuestras vidas en versión flashes de fotogramas en blanco y negro que suscitan el olé.

En el proceso histórico de ambas artes hay muchos autores celebres que dejaron grandiosas imágenes para la posteridad , pero la firma Arjona sigue aún vigente gracias a la genética que surca la corriente sanguínea de sus descendientes que siguen con primor poniendo el iris  tras el visor con la misma pasión , iluminando y fijando lances  para siempre.

Ahora los Arjonas dan un salto cualitativo en la necesaria  divulgación del espectáculo abriendo su fenomenal archivo y editando libros especiales .Anuarios aparte , primero fue la tauromaquia de un mito y después nos llegan los aromas de Romero. Además enriquecido literalmente por plumas que también soñaron con la gloria del chispeante  . Todo un lujo.

Arjonismo total.