A pocas fechas de la Navidad, se amontonan los avances de carteles de toros para el año venidero.Increíble pero cierto.
Ya tenemos conocimiento de carteles, sin haber comenzado, siquiera, a cantar los villancicos. Zambombazos informativos fuera de lugar que suman y restan según le vaya la feria a cada cual.
Pobres de aquellos toreros que no se ven incluidos en los carteles que ya se han presentado oficialmente o filtrados por la prensa especializada, a ellos el turrón les sabrá muy amargo. Antes, por lo menos, todos se lo comían con todas las ilusiones intactas. Hoy, en diciembre de 2025, ya parece que no es igual.
Este sistema hará que los agraciados sean partícipes de un atropello mayúsculo a los valores intrínsecos de la profesión . Se comerán con dulzor el turrón sabiéndose privilegiados,con el esportón preparado para enfilar carreteras.
Aquellos que no gocen ya de contratos, tendrán más triste ambiente navideño donde la ilusión debía reinar por bandera.
Nunca en la historia se había llegado a estas fechas con ferias completamente programadas y cerrados muchísimos carteles en distintas plazas de primer orden. Lo nunca visto. Y lo que es bueno para unos toreros no lo es para otros y mucho menos para los aficionados. No se digiere bien eso de pensar en toreros y festejos en las postrimerías del año, en la antesala de las felices fiestas .
El espíritu de la Navidad no es, precisamente, ver anunciado a tu torero favorito muchas tardes.
La tradición se modifica demasiado con estos adelantos, robándonos el tiempo que siempre hemos dedicado a otras cosas: La Navidad y su significado, la familia, las comidas, los amigos, los regalos por Papá Noel y los Reyes Magos, sin que haya que mezclarlos con los asuntos y tejemanejes empresariales que de espaldas al respetable y la meritocracia del escalafón en el ruedo planifican tan pronto ferias y más ferias a su antojo.
Realmente merece la pena saltarse el tradicional esquema casi de partido a partido -tarde a tarde -en que se escalan como en eliminatorias cada comparecencia de luces ganándose en buena lid la ascensión para entrar categóricamente en las tardes de farolillos. Que resquicio de luz hay para quienes se la juegan a cara o cruz, a puerta grande o enfermería. En verdad no parece justo.Volveremos a ver a los antiguos solicitantes de oportunidad en las puertas de los cosos...
Se hace todo muy extraño. Será una nueva fórmula de márketing tan moderna como adelantar el alumbrado , las rebajas e incluso las uvas para destacarse del resto en un minuto de gloria de telediario.
El toreo es despacio no lo olviden.Exige parar , templar y mandar según los cánones.

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