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martes, 2 de diciembre de 2025

EL CRISOL ESTILíSTICO

 


La actualidad invernal nos propició una sensacional noticia con el dueto taurino formado in extremis en Cetrina,donde dos toreros unieron sus destinos para un futuro inmediato. 

Se cerraron los dimes y diretes sobre quien sería el conductor de la carrera de David de Miranda en la temporada venidera tras sus importantes triunfos de este glorioso año. El casting de apoderados expectantes al puesto finalizó de manera brillante con la elección del mítico torero valenciano Enrique Ponce que ya retirado y reputado como figurón de época se embarca como debutante en las gestiones propias para encauzar al triguereño en las grandes ferias .

Reconforta que no se pierdan en los anales tanto talento demostrado en el albero y que se puedan transformar en otro artífice del rito. Ponce tiene que barajar las cartas en otra faceta después de culminar una dilatada trayectoria en los ruedos con matrícula de honor. El reto es ilusionante dado el nivel que el diestro onubense ha demostrado, y eso que aún está por alcanzar el techo que se le atisba como máxima figura del toreo. 

El tándem formado promete mucho. Históricamente la unión de sabiduría y experiencia con la la fuerza de la ilusión siempre potencia y eleva de forma meteórica al aspirante.En este caso destaca que ambos espadas tienen conceptos distintos. Las expectativas por tanto elevan la apuesta en ambos sentidos ,y quizás estemos ante uno de los proyectos mas bonitos que se pueden dar en la actualidad. Para rizar todavía más el asunto todo parte desde la independencia de las casas grandes que manejan el cotarro. Fiel a la metodología llevada siempre  por el maestro con su equipo comandado  por Palomares como hombre de los despachos. Llegar y mantenerse en puestos de categoría deberán ganarse en cada plaza para abrirse paso con tantos carteles cerrados, confeccionados por intereses empresariales antes de tener en cuenta  el real de los públicos que abonan la entrada para ver y paladear una tauromaquia distinta.


El crisol musical puesto en escena en La
Malagueta fue una propuesta innovadora del valenciano. El camino que ahora empiezan en coalición promete surcar un estilo de difícil definición , tal vez valga un "clasicismo temerario"  en que las distancias y los terrenos tengan un sabor delicatessen taurino nunca visto. El crisol estilístico es una aspiración de superación artística, una fusión  de cualidades para discernir la lidia en función al toro como oponente al que seducir con las telas deleitando al aficionado exponiendo la vida en cada trazo, cada toque ,cada paso...

Ponce y Miranda son un revulsivo para la Fiesta Brava.Los verdaderos lances de futuro los encarnan ellos. 

Suerte maestros.

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