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jueves, 8 de noviembre de 2012

Un verdadero fenómeno social : los aficionados prácticos




   Junto a esa moda, tan positiva, de sacar el arte del toreo a las plazas y calles de España, en la que están empeñados muchos toreros, asistimos a la consolidación de un verdadero fenómeno social: las asociaciones de aficionados prácticos. . No son ya precisamente "cuatro amigos" que se reúnen en sus ratos libre para practicar el toreo. Constituye una auténtica proclamación de la fe taurina, que permite dar visibilidad pública al arraigo que la Fiesta siempre ha tenido en nuestra sociedad, por más que algunas minorías quieran formar ruido en sentido contrario. De hecho, las actividades de estas organizaciones constituyen, sin decirlo y sin realizar grandes proclamaciones, un verdadero plan de promoción de los valores de la Fiesta.      



Sin formar más ruido del indispensable, cada vez toman más cuerpo las organizaciones de aficionados prácticos. Y hay que darse la enhorabuena por tanta actividad, en especial cuando en la mayoría de los casos se trata de gente joven, que proclama su compromiso con la Fiesta.
Estas iniciativas, que se multiplican por muchas ciudades, constituyen un verdadero revulsivo para la Fiesta y bien merecen el apoyo de todos. Implicarse con el arte del toreo hasta llegar a su práctica, sin otras aspiraciones que el propio disfrute personal --que es mucho, para quien lo haya experimentado--, es todo un ejemplo.
A lo lago del tiempo, mucho antes de que el buen aficionado que es Adolfo Suarez Illana popularizara esta práctica, ya se producía este fenómeno. Pero antes, por lo general, se trataba de iniciativas muy ocasionales, en las que un aficionado –por lo general, ligado a la crianza del toro bravo—participaba en festivales benéficos.
Lo que hoy le da nueva trascendencia es que ha tomado cuerpo públicamente. Practican el toreo y a la vez proclaman en voz alta su fe en los valores del toreo. Y se trata de gente anónima, pero que comparten una pasión común.
La consecuencia inmediata y positiva ha sido la proliferación de este tipo de organizaciones y la multiplicación de sus actividades. De hecho, han pasado a convertirse de modo organizado y visible en un componente más de ese gran entramado que es la Fiesta. Por eso constituyen todo un ejemplo de cómo debe trabajarse para conseguir esa presencia social, viva y activa, en la sociedad de todo lo taurino.
Hace unos meses, en su interesante blogs “Tauroeconomía” Juanma Lamet publicó en expansión.es tres artículos tituladosAprendiendo a torear en los que narraba su experiencia al respecto. Resulta muy recomendable volver a leer lo allí escrito. Será difícil describir con más acierto, con más sensibilidad también, cuanto supone la experiencia de coger entre las manos un capote y una muleta.
Pero también habría que recordar aquella iniciativa de Eduardo Dávila Miura con sus clases de toreo para niños en el Club Pineda de Sevilla, que tanta aceptación han tenido. Como no pueden olvidarse las iniciativas asociativas de jóvenes alrededor del toreo.
Ahora se anuncia en Espartinas (Sevilla) la celebración de un encuentro de carácter internacional de estas organizaciones, que se celebra después de dos años de preparación, a través de los distintos cursos que se han organizado por distintos lugares. Se trata de una iniciativa que se pretende institucionalizar anualmente, para que pueda ser un elemento más que ayude a la recuperación de la Fiesta.
Este tipo de actividades, junto a esa otra que se ha puesto tan de moda entre algunos toreros de sacar a las calles y plazas la enseñanza del toreo, con muy abundante chiquillería participando, es lo que da visibilidad social a la Fiesta, algo tan importante en el actual clima de opinión, en el que hasta ahora quienes se dejaban ver, con desproporcionado ruido, eran los que pretendían exactamente lo contrario: estigmatizar cuando se refiere al arte del toreo, como queriendo meternos a los aficionados en unas catacumbas.
Hacer presente públicamente a la Fiesta y sus valores, proclamar sin rodeos la afición, defender sin tapujos que el arte del toreo es una realidad con gran arraigo en nuestra sociedad, constituye un factor de mucha mayor trascendencia de la que a primera vista pudiera parecer. Por eso, bueno sería que estos aficionados prácticos encuentren todos los apoyos necesarios para continuar y ampliar su empeño. Esto si que es un verdadero plan de promoción de la Fiesta, realizado de forma altruista por sus protagonistas, sin pedir nada a cambio.

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