Buscar este blog

lunes, 4 de febrero de 2013

En Fitur no crece el toro

Por MARCO A. HIERRO,     

 

La falta de músculo empresarial hace que se desaproveche la feria de turismo

Sólo Valencia y Olivenza han utilizado Fitur para presentar sus carteles. Sólo Ciudad Rodrigo pone en valor su Carnaval del Toro y Málaga su Museo Taurino en el principal evento turístico que se celebra en el país. Pero no hay un pitón a la vista para que el toro crezca en la feria.

El toro no crece en Fitur porque el toreo pasa de Fitur. Sólo hay que darse una vuelta por el macroevento para comprobar que no hay un pitón que se enseñe, no hay una idea de conjunto que promocione la Tauromaquia como valor turístico, no hay una puesta en común que colabore en la difusión de la fiesta y convierta en sólido y socializable un espectáculo demasiado acostumbrado a navegar en el limbo de una autogestión mal entendida.
Espacios dedicados a países, comunidades y provincias promocionan sus excelencias auspiciadas por ayuntamientos y diputaciones, por gobiernos nacionales y regionales que no contemplan el toreo entre sus argumentos vendibles al mercado turístico. Tampoco tienen por qué. Sí se prestan, sin embargo, a conceder el protagonismo durante un rato a las empresas que entienden Fitur como un escaparate interesante para la difusión de su espectáculo. Así, Valencia y Olivenza hicieron públicos los carteles de sus ferias en el marco del evento, aprovechando el impacto mediático con acierto. Señal de que la feria es aprovechable.
Juan Barco, Jiménez Fortes y Elías Bendodo, en la presentación de Fitur.
Juan Barco, Jiménez Fortes y Elías Bendodo, en la presentación de Fitur.
Es Ciudad Rodrigo quien otorga mayor relevancia al toro para promocionar su Carnaval. Y es el único stand que muestra al animal en folletos, pasquines y carteles, pero no es -ni tiene por qué serlo- el argumento principal para la promoción turística de la localidad. "Son muchos los visitantes que preguntan por el Carnaval", aseguran las chicas que atienden al público, "pero la mayoría de ellos ya lo conocen y preguntan porque quieren repetir". Si quieren repetir, será porque tiene interés para estar presente en la feria.
También Málaga enseñó al mundo Fitur su Museo Taurino, y se ocupó de ofertar unas instalaciones que muestran las manifestaciones artísticas originadas en la fiesta. Al igual que la Comunidad de Madrid presentó el Taurotour, aunque se abstuviese de proyectar el excelente vídeo promocional de la iniciativa por contener imágenes explícitas de un espectáculo, el taurino, que deja en sus arcas, como mínimo, 2,5 millones de euros cada año. Sin embargo, nada en el stand, nada en los folletos que cantan las excelencias de Madrid habla de la feria taurina más importante del mundo, ni de la plaza más relevante en el panorama toro. Ni un mínimo referente hace evocar al visitante una feria que, a pesar de todo, casi llena Las Ventas durante más de 30 días seguidos.
Pero no existe en Fitur un espacio dedicado a la industria del toro y la promoción de las diferentes ferias y actividades que mantendrían el nivel turístico para que este sector contribuyese al sostén del espectáculo. No existe un stand destinado a la difusión y promoción de corridas de toros, ferias, visitas a las ganaderías, rutas turísticas con el toro como protagonista. El toro no crece en Fitur porque la industria del toro no existe fuera de los festejos y las ferias.
Sí puede verse por los generosos pasillos, buscando contactos y operando como empresas del siglo XXI, a distintas entidades que utilizan el toro como eje fundamental de su negocio. Un negocio que encuentra en Fitur el caldo de cultivo más conveniente para dotarlo de rentabilidad. "Para mí ha sido enormemente fructífera muy corta estancia en la feria ", sentencia Rafael Tejada, gerente de Reservatauro. "Hemos cerrado acuerdos que nos van a tener ocupados hasta que llegue el verano, y por eso a mí también me parece una oportunidad perdida cada vez que veo que la Tauromaquia no tiene un espacio en Fitur".
Para tenerlo, el toro necesitaría una industria seria, comprometida y sostenible que trabaje por el bien común y eliminase los intereses particulares que gobiernan este espectáculo. Un organismo activo y eficaz que rija los designios de un mundo que no ha sabido adaptarse a los tiempos ni aportar soluciones nuevas a los nuevos problemas. Una entidad que pusiese orden y concierto en el interesado desorden que se utiliza para ordenar y mandar en el río revuelto al que no le dejan usar las herramientas que corren con los tiempos por miedo a que éstas descontrolen el control. Y, a pesar de todo, el toro sigue con vida. Cuál será su potencial...
Entidades como la mirobrigense Torosturismo, que dirigen los hermanos Santos, o la red Braviland, de Esteban Ferrón, han estado presentes en la feria internacional más importante del país. Ellos, sus empresas, particulares que luchan solos, por el toreo pero sin el toreo que le tienda la mano. Han cerrado acuerdos y actuaciones con otras provincias, con otras regiones, con otros países. El toro, como tal, no ha crecido en Fitur porque el toro, como tal, carece de un gobierno que piense en Fitur. Otra oportunidad perdida mientras los que gobiernan este espectáculo continúan entendiendo como personales las críticas a una gestión, a un modelo ya obsoleto, a una forma de hacer las cosas que sirvió a sus ancestros, pero ya no vale -y demostrado ha quedado-.
Seguramente esa fidelidad a la forma antepasada de hacer las cosas haría que los ancestros más capaces soltasen algún improperio.

No hay comentarios: