Bilbao espera con la seriedad de siempre y una feria como nunca. O como las de antes (de la crisis). Cuando a principios de los años 2000 la plaza rebosaba esplendidez. La Comisión Taurina de la Junta Administrativa de la plaza de Vista Alegre que preside Javier Aresti y la Casa Chopera han enviado todas a la grande. Y la feria que ha salido de la jugada es la de mayor categoría de toda la temporada española. Si además llegan a colgar los nombres de Alejandro Talavante y Emilio de Justo en la cartelería, la matrícula de honor no fallaba.
En una semana, la constelación de figuras que doblan su presencia es deslumbrante: Enrique Ponce, El Juli, José María Manzanares y Roca Rey. Un presupuesto caro que espera apuntalar el repunte de asistencia de 2017. Cuando se retomó el camino de la grandeza. El éxito de público del festival del Club Taurino sembró vientos de esperanzas. Y allí y entonces el terremoto que vino del Perú volvió a sentirse. Como sus réplicas lo harán los próximos 21 y 24 de agosto. Es el nuevo fenómeno del toreo.
El toro de Bilbao como seña de identidad volverá a saltar a la arena negra. Victorino Martín y Miura abren y cierran, respectivamente, con su sello torista la Aste Nagusia taurina. Que ha variado su estructura. El orden de las cosas, no la esencia. Hablando de esencias: Diego Urdiales toreará en la penúltima cita. Con Ponce y El Juli que son, como se dice, los toreros de Bilbao. Y ahí algo tiene que decir Diego. Otro Diego (Ventura) no dirá nada: infranqueable es el cartel de los Hermosos -se presenta Guillermo- que estrenan el ciclo con Lea como rival. Y de Andy, con su puerta grande del último año, nadie se acuerda...
Es un año clave. El cambio de modelo de gestión late detrás de todo. La Casa Chopera pone fin a una etapa de 60 años de gestión. "De forma ininterrumpida llevan ya 63 años, los que van de 1957 a la actualidad, aunque no siempre tuvieron el mismo papel".
De Pablo Martínez Elizondo a su bisnieto, Manuel Martínez Azcárate, pasando por Pablo y Óscar Martínez Labiano y, por supuesto, por la figura inolvidada de Manuel Martínez Flamarique, el gran Manolo Chopera, suman cuatro generaciones al frente del destino de la feria de Bilbao.
Si ahora quieren continuar, cuando se conozca el pliego de condiciones del Ayuntamiento, tendrán que ir a concurso público. De la mano de su socio, claro, Alberto Baillères. "El domingo 26 comenzará la cuenta atrás en la plaza de Vista Alegre para dar paso al gran cambio: la completa privatización", dice Petit Caro.
Por todo, la feria por la que han apostado adquiere tanta relevancia. El peso histórico de Bilbao está en juego. Y no sólo: la situación de la tauromaquia en general y en particular en el País Vasco necesita un espaldarazo. En el ruedo y en los tendidos.
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