La terna y el mayoral, se marchan a hombros por la Puerta Grande
PACO GUERRERO www.huelvainformacion.es
Volvió a pasar. Otra vez la casta de por medio para resolver desidias en el tendido. Otra vez esa bendita casta, esta vez desde esa margen del Guadiana al pie del Alentejo portugués desembocando en la serranía onubense como una riada. La casta en su más variada expresión que mantuvo la dulzura y la clase del primero; la casta picajosa del cuarto, la hondura que pide pelea noble del quinto y la casta capaz de envolver en importancia una novillada plena de muchas cosas, pero en definitiva la que exige al torero respuestas. Y cuando éstas llegan, hay que quitarse el sombrero. Hubo dos novillos importantísimos en la tarde. Uno para torearlo a ritmo de fado. Lento, parsimonioso, desgarrado pero sin perder el ritmo, como el que tuvo esa faena de Conquero al que abrió plaza. Faena de mucha clase torera. De un armazón rotundo y pleno para cuajar de verdad al de Murteira.El quinto era de rock and roll y la composición sonó plena cuando después del tantaratán, Emilio Silvera plantó sus reales sobre el albero para firmar con ambas manos esas cosas que difícilmente se le escapan de la memoria al aficionado, especialmente con esa mano que tanto toreo derrama como es su izquierda.Dos faenas distintas pero intensas, emocionantes, que premian a la tarde de mucha importancia. Dos faenas de Emilio llenas de consistencia, profundidad, honestidad, valentía y ritmo. Y lo más importante, conocimiento y entrega para cuajar al novillo de la tarde. A ese novillo que no se te puede ir por nada del mundo porque por jugarse hay que jugarse hasta la cornada. Así de duro y así de verdad. Y así de verdad estuvo el torero hasta con la espada.Tan de verdad como le tocó a Conquero aguantar la casta picajosa del cuarto de la tarde, enterado el de los campos de Galeana para no entregar la cuchara. La persistencia es un premio y ese se lo llevó Conquero para casa con toda la legitimidad que otorga esa faena de uno en uno sin perder la cara ni la ilusión. Peseiro lució generoso la estampa de bravura que se trajo desde los campos de Galeana ese impresionante galope hacia del caballo de una punta a otra de la plaza.No le hizo bien al novillo ese comienzo rodilla en tierra y cuando la casta se pone alerta termina molestando. Voluntarioso con los palos, Peseiro se quedó pronto sin ese oponente que llevaba la cara alta y se quedó a pensar en el rincón.El portugués se quedó con la copla y esta vez los palitroques le dejaron mas brillo y remanente para retomar una faena a un novillo exigente y nada fácil, al que Peseiro cuajó con afán de novillero. La tarde, embalada en triunfo legítimo, la remató Peseiro volcándose sobre el morrillo, resolviendo una fulminante estocada. Después, un poco más allá de que lo sacara Emilio, el lusitano se acordó del mayoral para legitimar importancia ganadera en la tarde.
Ficha del Festejo
Novillos de Murteira Grave, nobles en líneas generales y de buen juego, el lidiado en quinto lugar, herrado con el Nº 32 de Nombre “Raiano”, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Alejandro Conquero, oreja / oreja
Emilio Silvera, oreja / dos orejas
Diego Peseiro, oreja / dos orejas
Entrada.- Algo más de medio aforo.
Foto Sara Navarro
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