RAÚL CORRALEJO .
El gran hombre de plata onubense anuncia su retirada.
Afronta su última tarde en Palos de La Frontera junto a su matador José Doblado.
Comunicado vía Facebook :
"Las decisiones más importantes deben ser meditadas con frialdad, sinceridad, hombría, con confianza y seguridad. De no ser así… no podrás ser feliz.
Recuerdo todos y cada uno de los momentos donde tuve que tomar alguna decisión importante… casi siempre me salió bien, creo que acerté. El tiempo me dio la razón.
Para muchos, la razón es tener éxito material… para mí, la razón es el reconocimiento personal a tu decisión. El respeto, el cariño y la admiración de todas las personas que me lo han demostrado, me ha hecho sentirme plenamente feliz en mi profesión.
Para muchos, la razón es tener éxito material… para mí, la razón es el reconocimiento personal a tu decisión. El respeto, el cariño y la admiración de todas las personas que me lo han demostrado, me ha hecho sentirme plenamente feliz en mi profesión.
Los momentos amargos… los agradeceré siempre, sin rencor a un animal que me dio todo lo que tengo y me hizo disfrutar muchísimo creando arte. Están para defenderse, criados para luchar por su vida, animales honorables que pasan a la historia recordados por muchas personas… el toro bravo, es sin duda, el animal que, sin necesidad de vestir una toga, es el juez por excelencia… nos pone a todos en nuestro sitio. Nos da lo que merecemos y nos quita lo que no merecemos.
Me siento afortunado de haber podido forjar una personalidad, quizás demasiado dura, quizás demasiado intransigente, inflexible e incorrupta. No me pesa, si así me hice fue porque era la forma de vida que más se asemejaba a mi educación.
Me llevo la satisfacción de haber podido vivir en torero, de haber conocido vivencias únicas en el mundo del toro, la tranquilidad de haber sido yo, de haber llevado, hasta las últimas consecuencias, unos ideales, unos valores…
Aprendí que el vestirse de luces, es algo más que un trabajo, es un rito… ese traje que tanto reluce, con sus brillos, sus bordados, colores… es tan solo la desnudez más pura del hombre. Es el traje del miedo, el traje de la creación artística, el traje de la sinceridad, el traje de las alegrías, el traje de los sinsabores, de la sangre y las lágrimas… a veces… es hasta el traje con el que morimos.
Conocí muchos compañeros de viaje, quizás más de la cuenta… sí, más de la cuenta… no me cuesta reconocerlo.
Ahora, solo deseo que mañana podáis sentiros orgullosos de mí, que me comprendáis, que me respetéis, no me hacen falta palabras, ni gestos, ni lágrimas… Solo quiero descansar…"

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