Convergència i Unió, partido que se sumó a la prohibición de las corridas de toros para “evitar el sufrimiento del animal”, pretende ahora abrir la veda de los correbous aligerando las condiciones para celebrarlos y dejando de castigar algunas prácticas hasta ahora denunciables de los actos taurinos.El Gobierno catalán ya ha entregado a los demás grupos políticos del Parlament la propuesta del nuevo reglamento que desplegará la ley de blindaje de los correbous. El texto saldrá a exposición pública en breve y en él CiU no fija ningún límite de tiempo para acreditar la tradicionalidad de un correbous en un municipio. Así, una localidad podrá recuperar un correbous o ampliar su calendario de actos taurinos si demuestra que a lo largo de la historia ha organizado alguno, sea hace 50 años o 500. Este aspecto choca frontalmente con las pautas que estaban establecidas: hasta ahora el máximo para acreditar la tradicionalidad de un correbous era de 60 años.En la actualidad, en el anexo de la ley se incluye el listado de municipios actualizados en los que se realizan este tipo de fastos: son 26 localidades de las comarcas del Ebro, dos de la Cataluña central (Cardona y Santpedor) y cuatro municipios de Girona, además de Badalona y Vilanova y la Geltrú. La propuesta de reglamento de CiU también incluye poder autorizar encierros “cuando aunque no estén en el listado, se pueda demostrar que esta fiesta se ha celebrado tradicionalmente en ese municipio.La supresión del límite de 60 años para demostrar la tradicionalidad del festejo ya ha sido anunciada por el delegado de la Generalitat en las comarcas del Ebro, Xavier Pallarès. Los organizadores del acto y el Ayuntamiento deben presentar a las delegaciones de la Generalitat pruebas que acrediten algún correbou en el pasado. En última estancia, cada delegado de la Generalitat deberá dar luz verde o no a los festejos. Según Pallarès este criterio de tradicionalidad “será el punto más caliente” del reglamento y el que más “debate” suscitará.La posición de CiU en este aspecto ya viene siendo mucho más permisiva que en tiempos del tripartito: Pallarès autorizó un encierro en Campredó (Tortosa) en Sant Joan del año pasado cuando la localidad demostró que el último correbou se había celebrado en la década de 1950. También en junio de 2011, y después de 25 años, la Generalitat permitió actos taurinos en L’Aldea (Baix Ebre). Además, en diciembre Pallarès autorizó cuatro encierros en Camarles (Baix Ebre) durante las fiestas de la independencia del municipio respecto a Tortosa.
El Pais
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